Elena Nájera, vocal del Consejo Nacional Electoral (CNE), se ha convertido en una voz apartada de las decisiones de los otros cuatro consejeros y siente que en su contra se han tomado represalias por denunciar cómo se estarían ‘repartiendo’ puestos, direcciones provinciales y juntas electorales, en el contexto de las elecciones seccionales del 5 de febrero de 2023 en las que también se votará por elegir a los siete vocales del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS). Cree que hay una forma “laxa” de conducir al Consejo Electoral, que no ha podido establecer mecanismos para que las organizaciones políticas cumplan con inscribir candidaturas electas en los procesos de democracia interna y al contrario, a último momento deciden cambiar su nominado e inscribir otro. “Son hechos bochornosos que pasan en la democracia interna, cuando participa una candidata y a última hora simplemente se la saca. Pero, la “pregunta es ¿qué hace el CNE para que estas cosas no sucedan y se tome en serio estas elecciones?”. La consejera, que se principalizó en esa función después de que Luis Verdesoto renunció, denuncia que los cuatro consejeros de la mayoría se distribuyen varias áreas operativas del Consejo y a ella no la toman en cuenta, como un mecanismo de represalia.