La forma de contratación y las labores que Soledad Padilla mantuvo en la Prefectura de Pichincha entre 2019 y 2023 y la asistencia que en paralelo ella daba al exvicepresidente Jorge Glas, quien estuvo en la cárcel cumpliendo dos sentencias en firme por actos de corrupción, llaman la atención a la Fiscalía de Pichincha para abrir una investigación previa por un supuesto abuso de fondos públicos.

La prefecta de Pichincha, Paola Pabón, aparecería como la persona por investigar directamente en esta fase reservada, en la que se analizan hechos específicos que podrían configurar un delito por el que finalmente se formulen cargos. Pabón, cobijada por la Revolución Ciudadana (RC), ganó las elecciones de 2019 con el 22 % de los votos de la provincia de Pichincha y fue reelecta en febrero de 2023 con el 28 % de la votación.

Ferdinan Álvarez: Temo por mi vida, por la de Soledad (Padilla). Si nos pasa algo responsabilizo a Jorge Glas

Las dudas frente a una posible existencia de irregularidades en la contratación y el trabajo que realizó Soledad Padilla dentro de la Prefectura de Pichincha quedan en el aire, pese a que la propia Padilla señaló en una carta pública que existen los respaldos, registros biométricos con sus entradas y salidas, fotografías de los eventos institucionales y otras actividades realizadas en territorio durante el 2019 y agosto de 2023 que estuvo en la Prefectura de Pichincha.

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Este último fin de semana fueron publicados en redes sociales audios filtrados de conversaciones entre Padilla y Glas, en los que básicamente la ahora exasistente le reclama al exvicepresidente por los comentarios machistas, la violencia psicológica y el acoso del que ha sido objeto, especialmente, desde que él se enteró de que Padilla mantenía una relación sentimental con el asambleísta electo por la RC Ferdinan Álvarez.

En uno de esos audios se escucha a Glas decir que Padilla no trabajaba para él, sino para la Prefectura de Pichincha. Padilla le respondió: “Cuánto no lo conozco que de entrada me va diciendo, me va lanzando una pastillita: ‘Para mí no trabajabas, trabajabas para la Prefectura’. Por favor, hay conversaciones, las llamadas que usted hacía para que me contraten. Por favor, Jorge, por favor, entre gitanos no nos leemos las cartas, Jorge”.

Padilla ha denunciado a Glas en la Fiscalía por acoso e intimidación; mientras que Jorge Glas contraatacó días después demandándola por extorsión, pues supuestamente le exigió $ 350.000 a cambio de no publicar audios relacionados con el tema.

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La carrera de Padilla en la Prefectura de Pabón arrancó el 5 de noviembre de 2019 como asistente de promoción turística 2 y luego pasó a ser directora técnica de apoyo. El 31 de agosto pasado renunció a su cargo. En ese lapso, pese a ella tener un cargo en Quito, la mujer de 37 años se mantenía asistiendo a Glas en la cárcel e incluso cuando salió de la prisión gracias a un medida cautelar autónoma que le benefició con una “libertad provisional”, Padilla, a finales del año pasado, se trasladó a Guayaquil, y desde allí trabajaba por vía telemática para la Prefectura de Pichincha.

Entre los argumentos que planteó la propia Padilla en su denuncia penal en la Fiscalía, ella afirma que cuando salió Glas de la cárcel, en noviembre pasado, él nuevamente le pidió ayuda laboral, desempeñándose desde entonces, además de su trabajo habitual en la Prefectura dirigida por Pabón, como “asistente y asesora personal” de Jorge Glas.

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Inicialmente la Prefectura de Pichincha, mediante un comunicado de prensa, confirmó que Padilla fue contratada en la institución y aclaró que ha cumplido con todas las recomendaciones de las autoridades al Departamento de Talento Humano, efectuadas hasta la fecha.

La mañana de este miércoles, la prefecta Pabón, en un corto video en el que rechaza la violencia de género, no se refirió en ningún momento al hecho concreto ocurrido entre Padilla y Glas, pero informó que la institución que lidera ha recibido pedidos de información de entidades de control. “Brindaremos las facilidades para entregar toda la información necesaria para perseguir delitos, pero no a personas. Basta de revictimizar a mujeres sujetas a violencia de género en cualquier espacio”. (I)