Hubo pocos incidentes en protestas sindicalistas antigobierno

Con un cruce de piedras, palos y botes de basura se cerró la movilización convocada por el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), la Unión Nacional de Educadores (UNE), el Frente Popular y colectivos afines para rechazar la política económica aplicada por la administración de Daniel Noboa Azín.

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En Quito, la protesta de este jueves, 4 de julio, arrancó poco antes de las 17:00 desde la Caja del Seguro Social, en el centro de Quito, y avanzó por la avenida 10 de Agosto, luego ingresó al centro histórico por la calle Guayaquil hasta llegar a la plaza Santo Domingo.

La consigna era ingresar hasta la plaza de la Independencia, en donde los dirigentes del FUT pretendían entregar un manifiesto al Gobierno nacional, en el que rechazan el incremento del precio de las gasolinas extra y ecopaís en 26 centavos, porque se incrementará el costo de la vida, aseguran.

Pero se encontraron con escuadrones de la Policía Nacional y grupos especializados antimotines que se ubicaron en la intersección de las calles Guayaquil y Bolívar, detrás de mallas metálicas, cubriendo los accesos hacia Carondelet.

En respuesta, en la plaza de Santo Domingo hubo amotinamientos por parte de manifestantes. Grupos de hombres los desafiaban lanzándoles piedras, palos y botes de basura que encontraban en los alrededores. Los uniformados no reaccionaron como en otras ocasiones, se mantuvieron sin romper filas, avanzando pocos pasos paulatinamente.

Después, decenas de policías motorizados aparecieron en la plaza para dispersar a la multitud. En medio de eso, los agentes detuvieron a dos personas. Aunque el vehículo antimotines estuvo cerca, este no fue utilizado. Tampoco intervino el grupo de la Policía montada que también estaba en el lugar.

Las personas que participaron de la marcha abandonaron la plaza en cuestión de minutos. La situación fue controlada por la Policía alrededor de las 18:30.

Minutos antes, el dirigente José Villavicencio se mostró satisfecho con la masiva presencia de ciudadanos que se sumaron a la jornada de manifestaciones en Quito y otras ciudades del país.

“No hay voluntad del Gobierno de sentarse a discutir, a debatir las alternativas frente a sus políticas neoliberales”, expresó el sindicalista y enfatizó que los precios de las gasolinas volverán a incrementarse a partir del 11 de julio, conforme el esquema aprobado por el Ejecutivo.

Dijo que al finalizar este año el precio del galón de combustible podría tener un incremento de $ 3. “Esto significa un alto costo de vida, el aumento de la inflación, la pérdida del poder adquisitivo de la gente que por lo menos tiene un ingreso”, comentó Villavicencio, al tiempo de criticar que se beneficia a grandes sectores empresariales con subsidios.

Anticipó que las manifestaciones del jueves son las primeras acciones que aplicarán los sindicatos y organizaciones sociales contra el Gobierno. Hizo un llamado a la Confederación de Nacionales Indígenas del Ecuador (Conaie) para sumarse a las convocatorias del FUT. “Esto no hay que esperar, sino hay que actuar en el momento oportuno y frente a las políticas del Gobierno”, finalizó.

Marcela Arellano, presidenta de la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Sindicales Libres (Ceosl), calificó de “exitosa” a la movilización en Quito.

“Esta movilización demuestra que en medio de un escenario de lluvia, de violencia, la gente se moviliza porque está con hambre, porque no tiene trabajo, porque está en la informalidad e inseguridad. Porque el Gobierno nacional está en una política de favorecer a los mismos de siempre, ha perdonado tributos a su familia, a los grupos económicos de siempre”, señaló.

Indicó que los grupos sociales han insistido, y continuarán haciéndolo, en que el Ejecutivo escuche sus propuestas sobre las medidas que se deberían implementar. “Hemos puesto sobre la mesa cuáles deben ser las políticas para asegurar recaudación para el fisco, atención al sector de educación, salud y seguridad, fortalecimiento al aparato productivo y generación de empleo”, dijo Arellano.

Una vez que la multitud fue desalojada de la plaza, el coronel Francisco Hernández, jefe del Distrito Manuela Sáenz, informó que el operativo contó con 380 uniformados, que se desplegaron en trece puntos. El oficial calculó que más de 4.500 ciudadanos fueron parte de la movilización.

Confirmó que hubo daños en propiedad pública. Además, una policía resultó herida en una mano. “Durante toda la jornada, la Policía no excedió jamás el uso progresivo de la fuerza, incluso teniendo los argumentos para haber cambiado a un nivel distinto”, aclaró el coronel.

Respecto de los dos individuos detenidos, el oficial indicó que se iba a verificar la edad para determinar si eran susceptibles de aprehensión, ya que podrían ser menores. (I)