Poco antes de cerrar sus puertas, la Asamblea Nacional era la institución con menos aceptación del país. Una encuesta de Click Report reveló que solo uno de cada 20 ecuatorianos tenía una opinión positiva de la legislatura. Por ello, no sorprendía que en ese mismo estudio casi el 74 % de la ciudadanía aprobara la muerte cruzada emitida por el presidente Guillermo Lasso, la cual puso fin a las actividades legislativas.