“Yo como persona natural puedo participar y la empresa también, no importa si yo soy distribuidor o codistribuidor, lo importante es que no tenga impedimento legal”, dice José Gonzalo Apolo, de 64 años y presidente de la Cámara de Industriales y Productores de Medicamentos Ecuatorianos.

Como persona natural y a través de sus compañías, este empresario ha recibido contratos, por $ 7,8 millones, de la matriz del IESS y de sus dos hospitales más grandes, Los Ceibos y Teodoro Maldonado Carbo, desde hace una década; más de un millón se adjudicaron desde el año 2020, según los registros del Servicio de Compras Públicas, Sercop.

“Yo atiendo a toda la red pública de salud: militares, policías, IESS, Ministerio de Salud”, indicó Apolo al comentar que el Teodoro Maldonado Carbo y la matriz del IESS le deben más de $ 2,5 millones desde 2015, deuda que –asegura– le ha ocasionado sanciones del Sercop por incumplimiento en la entrega de medicamentos.

Publicidad

No es la única sanción que ha recibido. En noviembre del 2017, el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social remitió a la Fiscalía un informe en el que señala que Apolo y una de sus empresas, Oxialfarm S. A., habrían incurrido en “prácticas monopólicas” al haber captado ambos proveedores 26 contratos de 2014 a 2015, participando juntos en un mismo concurso.

Hay cuatro denuncias por intimidación y amenazas en la Fiscalía, todas en torno a contrato de limpieza en hospital Teodoro Maldonado Carbo

El informe del CPCCS cita como ejemplo “un presunto sobreprecio” en un contrato para la compra de antirretrovirales (para tratar el VIH/sida) en 2014, pues el IESS fijó un precio referencial de $ 2 millones y el contrato se asignó a Apolo en $ 974.000, “lo que hace presumir que el presupuesto estuvo mal establecido o aumentado de forma exorbitante”.

La compañía Oxialfarm, donde figuran los familiares de Apolo, no ha recibido contratos del IESS en los últimos años, sin embargo en sus registros financieros constan al menos una docena de contratistas que le han comprado sus productos para vendérselos al IESS. Entre ellos Jaspharm, Isamm Distribuidora Farmacéutica, Distribuidora Meinjor, Representaciones Molina Herrera, etc.

Publicidad

“La relación es solo comercial, yo le he vendido algunos productos y él uno o dos míos”, comentó Jorge Serrano, representante de Jaspharm.

La red de proveedores con nexos familiares, societarios o comerciales -y que han formado grupos que pugnan en los hospitales del IESS en la última década- está presente en la matriz del IESS, según los registros del Sercop. Desde la matriz se han adjudicado contratos a grupos, presentados por la Comisión Nacional Anticorrupción (CNA) en agosto, calificados como “una estructura que está organizada para el asalto en este país”.

Publicidad

Entre los contratos dados por la matriz del IESS constan, por ejemplo, adjudicaciones a empresas como Nutrimed y Fresenius Kabi, identificadas por la CNA como parte de la red del empresario Mario Vladimir Paredes; Starmedix y Loupit, en el grupo de José Marazita, socio de Xavier Jordán Mendoza, hoy prófugo; Zoldan Corporeishon, de la red del mismo nombre; Accesmedical y Viaproyectos, en el grupo de Publio Olmedo Vásquez; y Roswin Angulo Jeremías y las hermanas Lorena y Mercedes Erazo, de la red llamada Guayaquil, donde la CNA incluyó a la exesposa de Jacobo Bucaram.

Aún ganan contratos en el hospital Teodoro Maldonado Carbo las firmas de red en pandemia

La matriz del IESS también ha asignado contratos a proveedores que han surgido en los últimos años y que se han disputado contratos en los hospitales Ceibos y HTMC. Por ejemplo, a dos asociaciones que han captado el servicio de limpieza en el Teodoro Maldonado Carbo: Asolimpec y Asoserlimpio, ambas han integrado consorcios formados por una pareja de esposos.

A Asolimpec la matriz del IESS le asignó en abril del 2020 un contrato por $ 167.000 para la limpieza interior y exterior de uno de sus edificios, mientras que en junio de este año se le asignó un contrato a Asoserlimpio por $ 400.000 para el aseo de otra oficina. En el IESS ninguna autoridad atendió entrevistas ni dio toda la información pedida hace 40 días.

En el top de mayores contratistas de la matriz del IESS figura la multinacional TPC Therapeutics International, a la que se adjudicaron $ 2,8 millones por el medicamento ataluren, para pacientes con distrofia muscular de Duchenne. La compra la hizo el IESS en septiembre de 2020, presionado por una acción de protección que se ventiló en los juzgados.

Publicidad

“El gobierno se llena la boca diciendo que están abastecidos de medicamentos, pero es mentira. La Ataluren, por ser una medicina judicializada, por obligación les toca comprar, porque si fuera por ellos..”, dice Edwin Gavilanes, presidente de la Fundación Para la Vida Ariel Chicho Gavilanes Distrofia Muscular de Duchenne y Enfermedades Raras, una fundación que reúne a niños con esta enfermedad, incluido su hijo Ariel, quien en febrero pasado estuvo ingresado en el hospital Carlos Andrade Marín, donde –cuenta Gavilanes- “no había ni guantes quirúrgicos”.

El contrato con el consorcio Ecutech, por $ 2,3 millones, también consta entre los de mayor monto adjudicado por la matriz del IESS, en la administración de Carlos Tamayo. Al igual que otras adquisiciones del IESS, este proceso tuvo observaciones del Sercop, y se asignó a un “revendedor”.

El contrato lo firmó el director nacional de Tecnologías del IESS, Christian Villarroel Ronquillo, junto con Carlos Romero Racines, procurador del consorcio Ecutech, formado por las empresas Quanyx y Constecoin, el 17 de marzo de 2021. La oferta la presentó el gerente de tecnología de Constecoin, Israel Jurado, un exfuncionario coordinador de Tecnología del Biess y con cargos similares en CNEL, CNE, IESS, entre otras entidades públicas.

‘El dolor es insoportable; no me dan ni paracetamol’: drama en hospital del IESS Los Ceibos

Dentro de la oferta se incluyó un certificado de la firma Dell World Trade que señalaba que “el revendedor (Consorcio Ecutech) posee nuestro apoyo para ofertar los productos al IESS bajo su cuenta y riesgo” y que estos productos son comprados al distribuidor Intcomex del Ecuador en calidad de “distribuidor autorizado no exclusivo”.

La compra consistía en la “adquisición de una plataforma de almacenamiento hiperconvergente para el IESS”, en otras palabras, un sistema informático de gran capacidad para contener toda la información y archivos del IESS. En el proceso constan dos observaciones realizadas por el Sercop debido a que el IESS exigía, dentro de los requisitos, que el proveedor tenga oficinas en Quito, además de que presente un informe denominado “Cuadrante de Gardner”, que califica a las empresas tecnológicas. “Las especificaciones técnicas se establecerán en relación exclusiva a los bienes o rubros de obra, y no con relación a los proveedores”, señaló el Sercop al suspender el proceso varios días y levantarlo después recalcando la “responsabilidad de la entidad contratante”.

El consorcio Ecutech ganó el contrato porque su competidor Corptectel S. A. no incluyó su firma electrónica en la oferta presentada. (I)