El Consejo Directivo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) ha sido presidido, en los últimos nueve años, por once funcionarios designados por los presidentes Rafael Correa, Lenín Moreno y Guillermo Lasso, y cuatro vocales, dos en representación de los empleadores y dos de los trabajadores.

Correa, en el periodo 2014- 2017, tuvo tres delegados: Fernando Cordero Cueva, Víctor Villacrés Endara y Richard Espinosa Guzmán. Este último se mantuvo durante los primeros meses de gobierno de Lenín Moreno, quien durante su gestión (2017-2021) nombró a otros cinco: Jaime Garzón Rivas, Wilson Rodas Beltrán, Paúl Granda López, Jorge Wated Reshuan y Carlos Luis Tamayo.

En tanto que en los 17 meses del gobierno de Guillermo Laso, este cargo lo han desempeñado Jorge Madera Castillo, Francisco Cepeda Pazmiño y Alfredo Ortega Maldonado, quien encabeza el Consejo desde junio.

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El funcionario que estuvo más tiempo a la cabeza fue Richard Espinosa, quien desde el 2007 acompañó al exmandatario Correa en diferentes cargos jerárquicos, por dos años y ocho meses, y el que menos tiempo dirigió el IESS fue Jaime Garzón, exasesor de Espinosa, por cerca de tres meses. En promedio, cada uno ha estado al frente del Consejo por diez meses, una alta rotación que ha incidido en el vaivén de la institución más grande del país, que recibe los aportes de 400.000 empleadores y 9 millones de afiliados.

“¿Qué negocio funciona si la gerencia cambia cada seis meses?, ninguno. Eso es un problema grave”, considera un exvocal del Consejo, quien añade que cada presidente pone “a dedo” a su delegado, en lugar de ser una selección formal.

Otro problema, según el exfuncionario, es que ningún presidente ha aprobado el reglamento general del IESS desde hace 21 años: “El reglamento define el verdadero marco operativo del IESS. Sin eso muchas cosas no se aplican, por ejemplo, decía Correa que no hay deuda si no hay reglamento. Eso lo tiene que dictar el presidente de la República, Correa recibió un par de borradores”.

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La bonanza del odontólogo que, como prestador externo, le ha facturado al IESS $ 167 millones desde el año 2020

Entre los dos gobiernos anteriores y el actual, los únicos dos vocales que han tenido los empleadores han sido los empresarios inmobiliarios Felipe Pezo Zúñiga, quien del 2008 al 2012 fue vocal alterno y los siguientes ocho años ejerció como titular en funciones prorrogadas del 2016 al 2020, año en que su suplente, César Rodríguez Tálbot, se principalizó.

En tanto que los trabajadores designaron como sus representantes a Jenny Guerrero Miranda (2012-2015) y Luis Clavijo Romero (2015-2018 y noviembre de 2020-actual). En el caso de Guerrero, su carrera en el sector público la inició hace trece años como jefa ambiental del Municipio de Quito y, luego, asesora del Ministerio Coordinador de la Política, antes de ser elegida vocal. Tras su salida, se dedicó a la docencia universitaria.

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Clavijo, abogado que en dos periodos suma cinco años en el cargo, fue coordinador de asesoría jurídica en el Ministerio de Agricultura (2010) y se dedicó hasta el 2015 a actividades de educación superior, según su RUC suspendido ese año.

Francisco Cepeda, antecesor del actual presidente del IESS y que estuvo nueve meses en el cargo junto con Rodríguez y Clavijo, recuerda que las sesiones del Consejo que empezaron “bastantes llevaderas” se volvieron tensas cuando –asegura– empezó a cuestionar ciertos temas, como las gestiones realizadas para cobrar la deuda del Estado con el IESS, que sumaban hasta julio pasado $ 8.531 millones: “Evidentemente no se había hecho mucho”, y –añade– cuando criticó: “¿Cómo es posible que se hayan mantenido tanto tiempo los vocales sin el cambio legal?, (...) ahí empezó una situación de buscar la forma de no colaborar en la gestión del IESS, a entorpecer las cosas”.

La inestabilidad no solo se ha dado en los integrantes del Consejo Directivo, también en la Dirección General, cargo designado por el presidente del Consejo y que ha sido desempeñado por diez funcionarios en los últimos nueve años. En promedio, unos diez meses cada uno.

José Martínez Dobronsky, Sandra Paz Ojeda, Geovanna León Hinojosa cumplieron esas funciones en el último régimen de Correa (2014-2017). Su sucesor Moreno tuvo en ese cargo a León, los primeros meses, y luego a Carlos Vallejo Burneo, David Ruales Mosquera, Miguel Loja Llanos, Carlos Tamayo Delgado y María Espinosa Bowen.

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Mientras que en el actual gobierno de Lasso, en menos de dos años fueron nombrados Nelson García Tapia y Diego Salgado Ribadeneira, exasambleísta por el movimiento oficialista CREO (2013-2017) que asumió el cargo desde agosto pasado.

Todos tuvieron un paso antes en el sector público; y cinco de ellos tienen compañías o han sido administradores: Ruales es socio de un consorcio jurídico; Vallejo tuvo una consultora que fue disuelta el año que tuvo el cargo (2018); Loja fue socio de la Clínica Santa Inés (2002- 2010) y cuyo hermano mantiene sus acciones en este centro que ha recibido del IESS $ 6 millones desde el 2020; García, quien dejó la presidencia de una firma auditora para asumir el cargo en el IESS; y Salgado es socio de una compañía textilera.

La rotación de los directivos del IESS afecta la gestión y deja abierta una ‘ventana’ a la corrupción, coinciden analistas: “Si un trámite de jubilación lo puedes hacer en un día y no en seis meses, ahí baja la corrupción, se reduce cuando es transparente. En arca abierta, el justo peca”. (I)