La temperatura política en la Asamblea Nacional subirá en los próximos 45 días porque se conjugan tres escenarios: el juicio político al presidente Guillermo Lasso, la elección de las nuevas autoridades legislativas y la amenaza constante de muerte cruzada. Todo esto conllevará negociaciones, cabildeos, pactos, presiones y cálculos.

El procesamiento del juicio político al presidente Lasso en la Asamblea Nacional arranca este lunes, 3 de abril, cuando la Comisión de Fiscalización conozca y notifique al acusado y acusadores para que presenten pruebas.

Sin apuros, la próxima semana empezará cuenta regresiva del juicio político al presidente Guillermo Lasso, acusado de presunto peculado

Desde esa fecha, el proceso de juicio permanecerá 30 días en la mesa de Fiscalización, donde se practicarán pruebas y se receptarán testimonios. Según el calendario, el informe motivado para conocimiento de la presidencia del Parlamento deberá ser entregado hasta el 3 de mayo próximo; y desde ahí corren nuevos plazos para que el presidente Virgilio Saquicela ordene la difusión del informe y, posterior a ello, coloque el informe justo en la semana cuando tocará elegir a las nuevas autoridades del Parlamento y reestructurar las quince comisiones especializadas permanentes.

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El asambleísta nacional Ricardo Vanegas, de la bancada Pachakutik, considera que es indudable que tanto el juicio político al primer mandatario como el cambio de autoridades en la Asamblea estarán relacionados; y eso será una “bomba de tiempo”, porque quienes están apoyando el juicio político “van a tener que satisfacer las necesidades de sus coidearios que no han sido debidamente atendidas por ocupar puestos en las presidencias y vicepresidencias de las comisiones, y ahí no hay cama para tanta gente”.

De ahí que es probable que algunos que hoy son asambleístas y que saben que no volverán a ser elegidos no querrán quedarse fuera para apoyar a los mismos de siempre, y con seguridad condicionarán su apoyo al juicio a cambio de ser tomados en cuenta en las presidencias y vicepresidencias de las comisiones; esa será su única y última oportunidad. A no ser que sus aspiraciones queden truncadas por el cierre de la Asamblea tras la muerte cruzada.

No hay que sorprenderse, añade, que habrá deserciones en las bancadas y una recomposición de fuerzas para el próximo periodo legislativo, porque en las mismas bancadas promotoras del juicio hay asambleístas que consideran que la acusación es muy débil.

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Vanegas advierte que el juicio al presidente Guillermo Lasso se contaminará políticamente, porque hay muchos intereses de por medio y se generará sin duda una nueva mayoría legislativa.

El correísta Ferdinan Álvarez, del bloque Unión por la Esperanza (UNES), es radical al señalar que su bancada jamás canjeará los votos para salvar del juicio político al primer mandatario. Aunque “nos quedemos solos”, agregó.

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También sostiene que es inminente que el escenario del juicio político al presidente Guillermo Lasso y la designación de las nuevas autoridades del Parlamento llegarán a chocar, por los plazos; aunque no descarta que la Comisión de Fiscalización puede entregar el informe antes del 14 de mayo, cuando habrá el cambio de autoridades, todo dependerá de la mayoría que se maneje en esa mesa.

Para la bancada de UNES, añade Álvarez, existe un solo objetivo y es que el presidente de la República sea destituido mediante juicio político; y para ello, anuncia que no habrá conversaciones con el Ejecutivo, porque han transcurrido casi dos años de gobierno y el tiempo para conversar con el régimen ya pasó, y las bancadas “que lleguen a consensos o acuerdos tras bastidores para vender su voto se tendrán que medir en las próximas elecciones”.

Álvarez marca distancia respecto a las negociaciones que vendrán para asegurar la reelección del presidente Virgilio Saquicela. Aunque aclara que no se habla aún sobre la designación de las nuevas autoridades del Parlamento, pero sin duda llegará ese momento.

En cambio, para la legisladora oficialista Ana Belén Cordero (BAN), la coincidencia de que el juicio político al presidente Lasso y la designación de autoridades del Parlamento confluyan en una misma semana de definiciones constituye una oportunidad, porque permite llegar a consensos y establecer puntos de diálogo totalmente válidos, éticos y trascendentales.

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Inclusive dice que la antigua mayoría que existió en mayo de 2021 en la Asamblea entre Pachakutik, ID y BAN podría reconformarse o reunificarse en pro de una reestructura de comisiones y en la elección de las nuevas autoridades del Parlamento, e incluso podrían coincidir en decisiones sobre el juicio político al primer mandatario.

Cordero prefiere no hablar de presiones, negociaciones o pactos, sino más bien conversaciones legislativas en pro de espacios dentro de la Asamblea y apoyos en proyectos de ley; por lo tanto, esta es una coyuntura importante, justamente, para trabajar en lo que viene.

En cuanto a la muerte cruzada, la asambleísta nacional por la Bancada Acuerdo Nacional afirma que Guillermo Lasso la pueda aplicar en cualquier momento y es un eje transversal; y que las aspiraciones de cualquier legislador pueden verse truncadas y se acabarán los sueños legislativos de algunos que quieren permanecer en el poder, porque todos se irán a sus casas.

La oficialista revela que el bloque se activó para los diálogos con todas las fuerzas políticas e inclusive no descartan coincidir con Saquicela, quien aspira a su reelección como presidente del Parlamento, siempre que demuestre una actitud propositiva a caminar en temas legislativos de país, junto con otras bancadas. Esos escenarios se analizaron en un diálogo que mantuvo la bancada en la semana que concluye.

“Nada está dicho ni los diálogos están cerrados, y en la conversación mantenida con el presidente Guillermo Lasso se dijo que los diálogos son con los 137 asambleístas, que no hay líneas rojas, aunque es obvio que no habrá entendimiento con el correísmo porque está a la otra orilla de conversación”, sentencia Cordero.

Alejandro Jaramillo, de la Izquierda Democrática promete objetividad en el momento del trámite del juicio político al presidente Guillermo Lasso, donde el primer mandatario tendrá que descargar sus pruebas en cuanto al supuesto delito de peculado.

El legislador de Pichincha considera que este juicio no debería estar sujeto a ninguna extorsión ni a ningún tipo de negociación y amenazas. “Que el juicio esté sujeto a negociaciones políticas y cabildeos sería una vergüenza y un retroceso”, añade.

El asambleísta Pedro Zapata, del bloque del PSC, aclara que aún su bancada no trata el tema sobre la elección de nuevas autoridades legislativas, pero reitera que en cuestiones de los plazos la Comisión de Fiscalización puede reducir el tiempo para agilizar la presentación del informe.

“Sobre las negociaciones respecto a las nuevas autoridades aún no hay nada, pero ese escenario no estará alejado del ambiente político que se vivirá durante el procesamiento del juicio político”, sostiene Zapata, quien anuncia que en el bloque habrá conversaciones sobre las coincidencias con otras bancadas y para ver los escenarios que se esperan para las próximas semanas. (I)