Los interceptan a pie, en moto o incluso en carros. Hay víctimas a las que arrinconan o arrastran por el suelo para quitarles sus pertenencias, como carteras, mochilas, celulares y dinero. A otros les apuntan con armas de fuego para desvalijarlos de sus bienes mientras están en algún comercio, como restaurantes, o cuando andan por la calle.