Cada fin de semana casos de jóvenes escopolaminados se viralizan tras ser abandonados en distintos puntos de Guayaquil, incluso algunos de ellos han perdido la vida por un exceso de las sustancias usadas por las bandas y por falta de atención médica, pues los vecinos piensan que están alcoholizados.

Pese a que con la pandemia del COVID-19 esta modalidad de robo bajo aturdimiento se había reducido considerablemente, durante el 2023 este delito ha mostrado un repunte alarmante.

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Según la Policía, aunque la mayoría de las víctimas no pone la denuncia, hasta las oficinas de la Subdirección de Investigación de Delitos contra el Derecho a la Propiedad (Sidprobac) ha llegado un reporte de 178 casos denunciados en la Fiscalía, entre enero y junio.

La mayoría de los hombres que fueron dopados han sido abordados en locales de diversión nocturna del centro de Guayaquil, de la Alborada, Garzota y Urdesa, detalló el mayor Álex Castillo, jefe de la Sidprobac.

Solo en el distrito Modelo son 57 casos reportados; en el distrito 9 de Octubre son 48 casos; en Florida, 24 casos; en Pascuales, 15; en Portete, 10; en Durán, 9; en el distrito Sur, 7; en Esteros, 5; y en Nueva Prosperina, 3.

Por esto la Policía advierte a los ‘farreros’ que las ‘dulces sueños’ están ‘cazando’ víctimas cada fin de semana y recomienda analizar bien a qué tipo de establecimientos acuden y con quién se relacionan durante las farras, pues luego de cometido el delito es complejo detener a las bandas porque las víctimas se niegan a colaborar en la investigación por vergüenza o temor, dice Castillo.

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Cada semanas aparecen jóvenes en varios barrios de Guayaquil bajos los efectos de alguna sustancia. No tienen documentos personales y suelen estar descalzos.

Él menciona que normalmente está una mujer joven y guapa que coquetea con la potencial víctima y le pide que le invite un trago. Estas bandas no solo buscan a hombres solos sino también a grupos de amigos.

Como ocurrió el 15 de marzo a tres primos que fueron abordados en un bar del centro de Guayaquil. Aparecieron horas después escopolaminados en distintos puntos de la autopista Narcisa de Jesús. Les habían robado el carro y fueron llevados a un hospital.

Pero no todos corrieron con suerte. Varios hombres han fallecido este año bajo los efectos de alguna droga en medio de este tipo de robo, pues el exceso de estas sustancias les produce taquicardia y luego un paro cardiaco.

Hasta un mayor de la Policía murió en un hotel del centro de Guayaquil con una supuesta sobredosis de escopolamina el 9 de febrero, sin embargo, la Dinased (unidad que investiga estas muertes) no tiene un registro preciso de cuántos han fallecido en medio de robos por aturdimiento.

Estos son casos que catalogamos como ‘no delictivos’, entran en una investigación y hasta que no salgan los resultados de toxicología no se puede saber si fue o no por escopolamina, explica el mayor Jaime Sánchez, quien investiga los homicidios (muertes no intencionales).

340 casos de escopolaminados se registran en Guayas en lo que va del 2019

Este año falleció también un abogado tras ser abandonado en la vía a Daule. Fue hace pocas semanas. Lo abordaron en un bar del norte de Guayaquil y su familia lo halló al día siguiente, cuentan sus colegas.

Un joven oriundo de la península de Santa Elena también perdió la vida tras ser supuestamente escopolaminado. Ocurrió el 17 de marzo y su cuerpo descalzo fue abandonado en las calles Aguirre y 6 de Marzo, en pleno centro de la ciudad.

El 17 de marzo un joven oriundo de Santa Elena fue hallado sin vida en las calles Aguirre y 6 de Marzo. Habría sido escopolaminado. Foto: Archivo

Él había llegado a Guayaquil para una entrevista de trabajo y decidió salir en la noche y pasear por la ciudad.

Pocos casos terminan en captura y sentencia de las mujeres o bandas

El fiscal César Peña cuenta que a muchas de las víctimas les roban el carro mientras están drogados y que solo acuden a su oficina para conseguir la orden para recuperar los vehículos cuando los localizan, pero que no quieren saber nada de denunciar a las mujeres que los drogaron.

Cada semana este fiscal trata de convencer a las víctimas de hacerse el examen toxicológico para detectar las sustancias usadas y ordenar las pericias de cámaras en los establecimientos, pero dice que ellos se niegan a participar de las investigaciones y la mayoría de los casos no prosperan.

“Temen que la banda les haga algo y por supuesto no quieren que sus esposas se enteren”, sostiene Peña.

El fiscal César Peña asegura que cada semana hay denuncias por robos bajos los efectos de sustancias psicotrópicas pero indica que las víctimas se niegan a seguir el procedimiento por verguenza o temor a las bandas. Solo ponen la denuncia para recuperar el carro porque a muchos se les llevan sus vehículos. Foto: Cortesía

Un caso viral fue de un abogado quiteño que fue reportado como desaparecido el 11 de mayo en el centro de Guayaquil, luego de salir de su hotel, en la avenida 9 de Octubre.

Incluso hay un video en el que se ve a la víctima conversando y caminando abrazado de una mujer. Bajo los efectos de una sustancia aún desconocida le robaron sus pertenencias y lo hicieron retirar dinero de sus cuentas, pero el jurista no denunció este delito.

Solo la desaparición fue reportada por su esposa. Así que este caso no consta entre las estadísticas de la Policía.

Aparece con vida el abogado Eduardo León, quien había sido reportado como desaparecido

Hasta mujeres han sido víctimas de este delito, dice el fiscal Peña, a quien hace menos de un mes le llegó una denuncia de unas jóvenes que le contaron que estaban estacionadas afuera de una iglesia del Guasmo comiendo unas papas fritas cuando perdieron el conocimiento.

Una apareció al día siguiente en la ciudadela Santa Mónica, mientras su amiga fue localizada en la vía Perimetral.

“Así les robaron el carro a estas mujeres, gracias a Dios no las agredieron sexualmente mientras estaban inconscientes”, explica el fiscal que emitió la orden para el bloqueo del automóvil y notificó a la Policía para su búsqueda.

Este sábado 1 de julio, Luis Pulido también fue víctima de un robo similar. Denunció que se le ponchó una llanta en la avenida Rodolfo Baquerizo Nazur, la calle principal de la Alborada, cerca de Sauces 8, y que cuando se bajó a cambiar la llanta se le acercó un taxista. No recuerda nada más.

Despertó a las 05:00 en su carro y sin sus pertenencias. Hasta le habían retirado dinero de su cuenta, pues estaba a pocos metros de un cajero.

Pulido estuvo tres días con suero para desintoxicarse. Está esperando los resultados toxicológicos. (I)