La violencia recrudece en Guayaquil. A plena luz del día, un hombre abordó un bus urbano en el sector de Monte Sinaí, noroeste de la ciudad, y asesinó a balazos a uno de los pasajeros, en un hecho ocurrido a las 10:30 de este lunes 16 de enero.

A este escenario, el más reciente, se suman otros crímenes que incluso han dejado como víctimas colaterales a niños recién nacidos. Fue el caso de Emily, de un mes, quien falleció tras un ataque en la cooperativa Guayas y Quil, en el Guasmo, la noche del 9 de enero.

Nueva Prosperina, Sur y Esteros, los distritos con más asesinatos en los primeros 15 días del 2023; ¿por qué la violencia se concentra en estos sitios de Guayaquil?

Antisociales llegaron hasta allí para, con fusil en mano, asestarle disparos a los esposos Diego V. y Génesis M., padres de la pequeña, quienes quedaron heridos y fueron llevados a casas de salud.

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Y si bien los asesinatos cometidos sin ninguna reserva causan zozobra en la ciudadanía, igual pasa con el hallazgo de restos humanos, calcinados en unos casos, que las bandas delictivas dejan en pasos elevados, como ocurrió el 8 de enero en la vía Perimetral, a la altura de la estructura de la entrada de la línea 21. Allí se encontró una cabeza.

O en el caso de las tres piernas carbonizadas que la Policía halló el martes 10 de enero en un saco de yute ubicado afuera de la Unidad Educativa Tránsito Amaguaña, donde las clases se suspendieron por fuerza y ahora los padres de familia piden terminar el año lectivo en la modalidad virtual por la inseguridad de esa zona.

Un hombre fue acribillado este lunes 16 en el noroeste de Guayaquil. Foto: El Universo

La Zona 8, integrada por Guayaquil, Durán y Samborondón, prácticamente ha visto duplicarse el número de homicidios en los primeros quince días de este año con relación al mismo lapso del 2022. Del 1 al 15 del año en vigencia esta jurisdicción registró 80 crímenes.

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La mayoría, hasta ahora, se concentran en el distrito Nueva Prosperina, que hasta la noche del lunes tuvo 31 muertes violentas. Es la división más conflictiva, pero no la única. Le siguen los distritos Sur y Esteros con 13 y 7 crímenes, respectivamente, hasta la mañana del domingo 15.

Expertos en seguridad consultados por este Diario creen que el recrudecimiento de la violencia criminal en estos quince días podría estar ligado, entre otros factores, a la incautación de droga de las bandas narcotraficantes, internacionales incluso, que tienen células y brazos armados en el país.

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Según cifras oficiales, durante el 2022, en el territorio nacional se decomisaron 201 toneladas de drogas, y las incautaciones en los puertos como Guayaquil aumentaron el 42 %. Mientras que en el 2021 se incautaron 54 toneladas, el año anterior lograron detectar y prohibir el paso de 77 toneladas.

El periodo anterior, de acuerdo con la Policía Nacional, se detuvo a 12.760 personas por el delito de tráfico internacional de drogas y por microtráfico. A eso se suma el decomiso de 1.008 armas de fuego.

Dos posibles causas

Alexandra Zumárraga, exdirectora nacional de Rehabilitación Social e investigadora de temas relacionados con crimen organizado, sostuvo que las grandes incautaciones de droga generan cierto conflicto entre las bandas delictivas. Los unos atribuyen a los otros una especie de “sapeo” (colaborar con información con la policía) o el robo de estas sustancias.

“Entonces, esto significa muchísima pérdida, muchísimos millones en pérdidas, entonces, obviamente se van a dar estas venganzas en el exterior, en las calles”, expresó ella.

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Estos asesinatos se dan en cierta medida en los barrios donde hay muchísimo consumo de drogas

Alexandra Zumárraga, investigadora de temas relacionados con crimen organizado

Pero también hay una evidente lucha por territorio, recalcó, y por eso es que en muchos de los homicidios las víctimas resultan ser quienes tienen un amplio historial delictivo. “Estos asesinatos se dan en cierta medida en los barrios donde hay muchísimo consumo de drogas”, mencionó la especialista.

Y es que en esa lucha por el espacio físico para ganar el territorio uno de los grupos tiene que imponerse a costa de las vidas de sus contrarios.

Zumárraga señaló que lo crítico de esta situación es que cada vez se involucra a más menores de edad y hay más víctimas colaterales. Por eso, añadió, es urgente que el Gobierno implemente políticas de prevención primaria del delito.

“La falta de inversión social del Estado en prevención en educación, en salud, prevención de drogas. Y si bien es obvio que hay personas que mueren con antecedentes penales, que puede ser como digo por venganza o temas quizás por delitos o incautaciones de droga, también hay muertes colaterales, de personas que no tienen absolutamente nada que ver”, remarcó a investigadora.

Nelson Yépez, especialista en temas de seguridad, también cree que el escenario actual corresponde a una “guerra entre bandas”, ya que cada una quiere consolidar su territorio y someter al contrario. Pero también lamentó la existencia de víctimas colaterales en medio de esta situación.

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“Ya el nivel de violencia sube, porque ya no importa dónde esté la persona, donde esté el objetivo, ya no importa dónde esté, simplemente ellos (antisociales) tienen que cumplir una misión y la tienen que cumplir”, manifestó.

El otro origen de la violencia actual, dijo, sería el golpe a las economías delictivas que supone cada incautación de droga.

“De alguna manera también se nota que la Policía golpea la exportación de droga, cada vez que la Policía incauta droga se arremeten las muertes violentas. Por ahí estamos viendo que tienen dos orígenes: el primero que es el que quiere gobernar y someter al otro y, el otro origen, la incautación de la droga”, comentó Yépez. (I)