Esta semana, en la Corte Provincial de Justicia de Guayaquil se ratificó la sentencia de 34 años y 8 meses de prisión para una pareja procesada por matar, descuartizar y deshacerse del cuerpo de un niño de 6 años llamado Dylan.

El crimen ocurrió en septiembre del 2016 en el cantón Milagro y los sentenciados son la madre y el padrastro del menor que nunca fue reportado desaparecido y cuyos restos fueron hallados seis meses después, en marzo del 2017, luego de que el guardia de un hospital escuchara al padrastro hablar del crimen y llamara a la Policía.

La pareja conformada entonces por un hombre de 25 años y una mujer de 27 admitió el crimen durante la audiencia de formulación de cargos en marzo del 2017.

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El padrastro condujo a los investigadores a un solar cercano a un colegio, donde había una mochila con el cráneo de Dylan.

El sujeto admitió entonces que arrojó partes del cadáver de su hijastro en la vía Mariscal Sucre (por el sector Dos Cruces y un motel), la ribera del río Milagro (por el camal), entre otras zonas.

El crimen ocurrió en un departamento de alquiler ubicado en la ciudadela La Esperanza, y por razones aún desconocidas la pareja ahogó al menor en un balde con agua, lo descuartizaron, lo metieron en un congelador y luego los asesinos fueron a prestar una olla grande a una vecina, supuestamente para ‘hacer una cangrejada, relata el fiscal Modesto Freire.

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El fiscal explica que el padrastro aseguró que fue la propia madre de Dylan que lo desmembró en cinco partes y después lo cocinaron para retirar la carne del hueso y solo tener que deshacerse de los restos óseos.

“La mujer había estado en la Penitenciaría por robo y supuestamente ahí aprendió que los cuerpos suelen ser descubiertos por la descomposición de la carne por eso decidieron solo dejar huesos”, manifiesta el investigador que asegura que en 2015 una hermana de Dylan murió en circunstancias extrañas cuando supuestamente se cayó de una percha cuando estaba al cuidado del padrastro. La niña tenía 2 años.

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¿Cómo se dio la captura de la pareja?

La pareja consumía drogas y tenían una hija en común, pero la madre de Dylan había tenido cuatro hijos con su anterior pareja, quien falleció en 2014.

La madre y el padrastro de Dylan fueron detenidos en marzo del 2017. La mamá fue retenida en Guayaquil cuando supuestamente se iba a Colombia. Foto: Archivo

Seis meses después de matar a Dylan, los asesinos se separaron y la familia del padrastro lo internó en un centro de desintoxicación para que deje las drogas.

“Ahí el hombre se enteró de que su expareja se iba a Colombia y quiso confesar para que ella no huya. Eran como las 17:00 y fui a la escuela del niño para preguntar por él.... me conformaron que no había ido en seis meses y viajé a Guayaquil y con la Policía la retuvimos (a la mamá) para investigaciones antes de que viajara”, relató el fiscal Freire.

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El no haber sido detenida en flagrancia (24 horas posterior al crimen) fue usado por los abogados de la madre de Dylan para tratar de obtener su libertad. Pese a que la primera sentencia se dio años atrás, la mujer apeló el caso indicando que su detención fue ilegal, pues no le habían notificado de que la iban a investigar.

Incluso el padrastro cambió su versión en la audiencia de juzgamiento. Dijo que el niño no estaba muerto, sino que vivía en otra ciudad con un familiar. El hombre también apeló, primero aseguraron que solo el cráneo no probaba el crimen porque el resto del cuerpo no fue hallado. Luego apeló nuevamente porque se declaró cómplice y no autor del asesinato.

Freire cuenta que los defensores también intentaron invalidar la prueba de ADN aduciendo que el examen practicado a los restos óseos fue pedido fuera de los tiempos de ley. El fiscal no descarta que vuelvan a apelar y que el caso llegue a Quito a la sala de casación pero dice estar listo.

Además, considera que la pareja “estaba metida en temas diabólicos”. (I)