Opinión internacional
Néstor y Cristina, o como diría José Mujica con su particular tono espontáneo “el tuerto y la vieja”, constituyeron el matrimonio presidencial argentino que habría amasado felicidad y fortuna. En su residencia de Calafate, en la fría Patagonia, dicen las lenguas cercanas a la familia de los Kirchner, que junto a la escalera principal construyeron una bóveda grande, de un metro de profundidad y dos de ancho, como caja fuerte, resguardada por una puerta blindada. Según el arquitecto de tan inusitada obra, Ernesto Cañas, el difunto Néstor le pidió que la construyera para guardar documentos y dinero de la familia, pero una investigación periodística, de esas que odia Cristina, asegura que en dicho espacio amplio, claro y deseado en cualquier casa, entrarían cerca de tres mil millones de euros.

El círculo del expresidente Kirchner ha sido salpicado ya en múltiples ocasiones por investigaciones de la “sombra del poder”, o sea, los medios de comunicación que mantienen sin sueño a la presidenta.

Diario Clarín reveló que el exsecretario de Néstor, Daniel Muñoz, realizaba múltiples viajes desde Buenos Aires al sur de Argentina, a la localidad donde nació el exmandatario, con “una o dos” maletas llenas de billetes de 500 euros. Versión que fue corroborada por la ex de Kirchner, Mirian Quiroga. La exsecretaria personal, de la que Cristina se deshizo apenas murió su marido, denunció que vio “bolsos llenos de euros” en la Casa Rosada, en manos del exsecretario de Néstor.

En la causa abierta ante la Justicia sale a la luz el nombre de Lázaro Báez. Un empresario, amigo cercano del matrimonio, y otra vez aparece un medio de comunicación destapando escándalos. Diario La Nación publicó que la Unidad de Información Financiera ocultó a la justicia “actividades sospechosas” de dos empresas del tal Lázaro Báez, investigado por su presunta implicación en operaciones de lavado de dinero asociada al expresidente Kirchner. Se habla de la ruta K, hay testimonios que aseguran que los billetes viajaron desde Argentina a Uruguay para luego ser transportados a Panamá o Belice, teniendo como destino final los bancos suizos.

Este hombre, como buen discípulo del señor “K”, compartió la última cena con Néstor antes de su muerte y se dice que el exmandatario sabía bien de sus “chuecos negocios”, trasferencias ilegales que alcanzarían unos 55 millones de euros.

Diario El Observador de Montevideo titula que Daniel Pérez, contador del famoso Báez, es dueño del campo El Entrevero, en San Ignacio, Uruguay, 150 hectáreas que costaron 14 millones de dólares. ¿De dónde habría sacado este hombre tanto billete?

Jorge Lanata, periodista investigativo de Argentina, admirado por el círculo de la oposición, en ocasiones ha sido censurado por el kirchnerismo, se vistió de gala en su programa periodístico del pasado domingo. Lució traje y corbatín, variados tiros de cámara que estilizaban su rechonchita figura, salió mostrando los planos de la supuesta bóveda que tienen los Kirchner. En su show presentó testimonios que comprobarían que la corrupción y el lavado de dinero son “moneda corriente” en la familia de los Kirchner.

Por su parte, cercanos al gobierno con acento gaucho afirman que todo se trata de “un chismerío estúpido”. También dicen que es una falta de respeto al fallecido Néstor.

La parejita, cuyas fotos en dupla están colocadas por doquier en las calles de Buenos Aires, en un intento de reflejar que aún hay solidez y que más allá de la muerte incluso, hay apoyo y unión. Este matrimonio que ha ocupado escaños en el senado, en la gobernación, y que los dos se han sentado en el mismo sillón presidencial.

 

Algunos argentinos reconocidos por su carente humildad han dicho que tienen lo mejor del mundo: su alteza en Holanda, un astro en la cancha y su Santidad en el Vaticano, tienen también una lúcida Cristina que calla ante estas denuncias.

Con el permiso de la RAE, y destrozando la gramática más pura, Kristina debería Kontar si las Kuentas de los Kirchner engordaron en Kilos por los billetes de Kinientos que habrían kolmado la bóveda “K”.