El 16 de abril de 2016, en Ecuador resistimos un terremoto de magnitud 7,8 en la escala de Richter, su epicentro fue al norte de la población de Pedernales. ¿Por qué Pedernales? En 1942 ocurrió otro sismo de magnitud 7,8, 40 km al sur, precisamente en la población de Pedernales. El terremoto de Pedernales tiene una recurrencia de 74 años, con esto podríamos proyectar al futuro cuándo sería su próxima ocurrencia.

El terremoto de Pedernales es el desastre natural de mayor capacidad destructiva que ha visto la generación de mis padres y la mía, algunos indican que fue benigno al ocurrir un sábado a las 06:58 p.m.; las estadísticas indican que terremotos de esta magnitud en zonas vulnerables como las de Ecuador han generado de 2.000 a 3.000 víctimas mortales; según las cifras oficiales, hubo casi 700 víctimas, otro pudo ser el desenlace si ocurría en horario de clases y trabajo.

Se albergó aproximadamente a 30.000 personas, las ciudades con más víctimas mortales fueron Manta y Pedernales, donde lamentablemente ocurrió el 30% de los fallecimientos, Portoviejo también puso el 20% de víctimas.

El terremoto de Pedernales tuvo mucha trascendencia en redes sociales, algunos videos mostraban luces en el cielo, antes y durante el terremoto. A nivel nacional se perdieron las comunicaciones telefónicas, pero las redes de datos e internet continuaron funcionando, incluso en algunos casos las víctimas pidieron auxilio a través de las redes, lo que demuestra la importancia de que estos sistemas se mantengan funcionando y sin restricciones.

La falta de agua, alimentos y vituallas en las zonas afectadas duró varias semanas, pero en respuesta hubo una descomunal solidaridad de los ecuatorianos hacia las zonas afectadas, estas son lecciones de las que debemos aprender, para respetar y amar nuestro planeta; entender que somos un país altamente sísmico, pero que se activa sísmicamente por intervalos, hoy en día vivimos un intervalo de reactivación sísmica.

Aprender que Pedernales, Bahía de Caráquez y Esmeraldas son zonas sismogénicas que siempre estarán provocando sismos severos de manera recurrente y nuestra respuesta debe de ser cambiar nuestra mentalidad y dejar de hacer lo que nos vuelve más vulnerables ante estos eventos.

Pedernales fue destruido casi en su totalidad, así como las poblaciones cercanas, las afectaciones en Portoviejo y Manta llegan al 30% de las edificaciones. En Manta, en la parroquia Tarqui, llamada zona cero, el 70% de todas sus estructuras colapsó.

Visité la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, donde sus autoridades, encabezadas por su rector, Dr. Miguel Camino, identificaron que las estructuras de caña guadúa reaccionaron mejor ante el terremoto en comparación con otros materiales, por ello proponen modelos de casas con caña. También tuve la oportunidad de ver un musical dedicado a la caña, compuesto por un poeta manabita, arreglos musicales manabitas, la puesta en escena por bailarinas y atuendos manabitas, y cuya música era interpretada por jóvenes manabitas con algunos instrumentos oriundos de Manabí.

Al final de mi paso por Manabí después de un año del terremoto de Pedernales sufrí un tsunami, fui inundado de Manabí, su sentimiento y su férrea voluntad de levantarse de este trago amargo. Por lo que acuñé una frase de manera natural: “Ante el desastre, Manabí responde con arte, música y danza”, lo que en lo personal me llena de orgullo como ecuatoriano. (O)