Si el estadio Alberto Spencer de Guayaquil está descuidado, no obstante lleva el nombre del futbolista más grande de todos los tiempos originario de Ancón, de este rincón de la patria que ayer fue campamento minero, hoy toda la parroquia San José de Ancón de la provincia de Santa Elena también está abandonada. 

Tuve el privilegio y orgullo de nacer en Ancón. El 5 de noviembre de 2011 fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación por el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), es decir, Ancón tuvo trascendencia por su actividad petrolera, siendo en aquellos tiempos el motor que sostenía la economía del país. Por más de 60 años la compañía inglesa Anglo Ecuadorian Olfield Ltda. explotó petróleo y administró la vida en este sector de la patria, había tantos barrios cuyos nombres conjugaban con el origen de sus moradores: Guayaquil, Ambato, Riobamba, Otavalo, Manabí, Alausí, etcétera. En Ancón la vida se desarrolló con el respeto, la responsabilidad, puntualidad, lealtad, honestidad y tranquilidad; valores que los ingleses nos inculcaron y hoy se conservan. 

De acuerdo con la ley, toda parroquia está gobernada por un GAD (Gobierno Autónomo Descentralizado). Las fuerzas vivas formadas por los presidentes de los barrios (más de 25), la asamblea, un representante de la Policía, el teniente político y moradores invitaron a las autoridades parroquiales en asamblea llevada a efecto en el Club Andes el 23 de abril de 2019, se hizo la entrega a los miembros del GAD del manifiesto de Ancón, que contenía las deficiencias del alcantarillado, alumbrado eléctrico, agua potable, seguridad, asfaltado de calles. Lejos de recibir beneficios, el manifiesto duerme el sueño eterno. El alcantarillado ha colapsado en ciertos sectores, la calle principal de Ancón tiene huecos que parecen cráteres, en peores condiciones están las calles internas. Están pensando en un relleno sanitario o basurero de la provincia de Santa Elena, no lo ubiquen en el recinto El Tambo –a ocho minutos de Ancón– dado que los gases, desechos, crearán impacto ambiental, contaminación, en la salud del pueblo. El Hospital del IESS de Ancón debe contar con más apoyo, recuerden que nuestra parroquia es un rincón tranquilo para vivir y qué mejor para un enfermo que la tranquilidad cuando el organismo se altera.(O)

Carlos Enrique Villao Orozco,

doctor químico farmacéutico, Guayaquil