La administración es la disciplina científica encargada de la planificación, organización, dirección y control de los recursos (humanos, financieros, materiales, tecnológicos, del conocimiento, etc.). Lastimosamente el populismo y la politiquería de ofertas falaces no permiten que el Estado tenga una política de Estado que funcione bajo esa lógica.
Ecuador tiene un enorme potencial agropecuario: feraces tierras cruzadas por ríos, diferentes pisos climáticos, privilegiada ubicación geográfica para producir todo el año y, consecuentemente, generar miles de puestos de trabajo productivo, pero con grandes problemas de comercialización, especialmente en los cultivos de ciclo corto. Los índices más altos de pobreza están ubicados en el sector rural y en la población marginal campesina que migra a las ciudades. Por tanto, fortalecer el sector agropecuario como política de Estado, es creer que este sector utilizando los propios recursos puede convertirse en la locomotora que arrastre el tren del progreso nacional.
Administrar un Estado implica alcanzar el bien común para sus habitantes, por ello es de máxima importancia desarrollar desde el Gobierno una nueva forma de comercialización agropecuaria sustentable en el tiempo, orientado a garantizar utilidades al agricultor en cada ciclo de siembra, para que continúe su noble y sacrificado trabajo productivo. Sin embargo, es un sector de diferentes actividades productivas, por lo que considero importante comenzar por los cultivos de ciclo corto que son los más afectados durante la comercialización y los que generan alimentos para la gente y materias primas para la agroindustria. ¡Nadie come billetes!..., el agricultor convierte los billetes en alimentos y materias primas. (O)
Jorge Enrique Naula Zambrano, contador, Guayaquil