¿Qué tan importantes son las habilidades socioemocionales dentro de la cultura y cuál es su nivel de influencia para determinar el grado de empatía o valores de una persona?

Una investigación realizada en el 2019, junto con un equipo de consultores, exploró sobre la necesidad del desarrollo de competencias blandas en jóvenes para una sociedad mejor.

Las habilidades socioemocionales se constituyen en habilidades blandas y estas a su vez en herramientas que permiten a las personas entender, regular sus emociones, sentir y mostrar empatía por los demás. Así también establecer y desarrollar relaciones positivas, tomar decisiones responsables, definir y alcanzar metas personales. Existe evidencia de que la educación socioemocional contribuye a mejorar el desempeño social, así como previene situaciones de riesgo en las y los jóvenes. Tanto es así que el desarrollo de las competencias blandas permite mejores aprendizajes, disminución en la deserción estudiantil, mejores oportunidades laborales, entre otras. De ahí su importancia a lo largo de la vida y su inclusión en los programas de estudios en todos los niveles de educación y en los programas culturales.

Otra razón para su implementación lo ratifica un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que destaca que los factores estrechamente vinculados a la empleabilidad van más allá del desempeño académico y que los mecanismos actuales de selección, contratación de personal y de asignación de sueldos dependen de la combinación de habilidades cognitivas, sociales y emocionales de los individuos, que no es otra cosa que el desarrollo de competencias blandas. Una persona que desarrolla, por ejemplo, el autocontrol tiene mayor valor predictivo para evitar el consumo de sustancias dañinas y mejorará sus indicadores de salud física, incluyendo su sistema inmunológico, cardiovascular, función respiratoria, salud dental, entre otros. Adultos con mayores niveles de autocontrol durante la infancia reportaron niveles menores de uso de sustancias y mejor salud en general, como lo demuestran algunos programas. En cuanto al beneficio en salud mental, es considerable al desarrollar una autoestima positiva reducir emociones negativas a través de prácticas culturales asertivas.

La pandemia que atravesamos por COVID-19 ha hecho que las personas tengan que lidiar con sentimientos de aislamiento, frustración, aburrimiento, ansiedad y estrés; lo que acarrea situaciones negativas: depresión, enojo, inseguridad y descomposición en su estado de salud. El desarrollo de competencias blandas nos va a permitir afrontar situaciones inciertas, eventuales y desconcertantes. Siendo lo más importante el desarrollo de prácticas en crecimiento de valores. Por ejemplo, el bullying se produce por la falta de empatía de las personas a lo diferente, diverso, y se traduce en su gran mayoría en acciones de odio.

Considero que resulta necesario y urgente integrar las dimensiones a nivel social, emocional y académico en el desarrollo educativo y cultural, para favorecer el bienestar de la juventud potenciando así las oportunidades de desarrollo propio y de la sociedad. (O)