Hace varios días se suscribió el Protocolo del Acuerdo para el Comité de Comercio e Inversiones (TIC) entre el Ecuador y Estados Unidos, que busca se genere una relación económica, comercial, aduanera, para mejorar los procesos regulatorios, promover medidas anticorrupción, transparencia y, así, crear cooperación en la generación de empleo y crecimiento para las empresas. Es importante denotar esto porque un acuerdo comercial tiene otra base de negociaciones, el protocolo solo son compromisos previos entre ambos países.
El Protocolo cuenta con dos anexos y un apéndice donde se determinan los compromisos por parte de Ecuador, como son: la implementación del Acuerdo de Facilitación del Comercio, usar tecnología en sus procesos de inspecciones para reducir la manipulación de la carga, impulsar el operador económico autorizado, guiar el cumplimiento por parte de las autoridades aduaneras para eliminar la discrecionalidad y un código de conducta para los funcionarios públicos.
Si bien es un gran paso lo logrado con la suscripción de este Protocolo, no podemos dejar de lado que los compromisos adquiridos por Ecuador deben de cumplirse en el plazo de un año, plazo que podría ser revisado por las partes antes. De no cumplir Ecuador, dejaría una mala imagen y se expondría la falta de voluntad política y técnica para cumplir con todos los requerimientos de Estados Unidos.
Ecuador ha demostrado que su capacidad técnica y operativa tiene grandes deficiencias y eso hace necesario invertir en ellas para poder atender las necesidades y requerimientos de nuestros socios comerciales. No se trata de llenarnos de acuerdos comerciales con muchos países si no vamos a poder cumplir con lo establecido en estos. Estos compromisos son serios, marcan la intención de Ecuador de abrirse al mundo realmente, si este Protocolo no se cumple a cabalidad, se avistan grandes problemas sobre la imagen de Ecuador hacia sus actuales y potenciales socios comerciales.
En tanto que el segundo anexo del Protocolo hace énfasis en la necesidad de buenas prácticas regulatorias por parte de las autoridades administrativas, lo que se traduce en transparencia, lucha contra la corrupción, sistematizar procesos y la implementación de buenas prácticas para que se genere confianza. Esto quiere decir que Estados Unidos tiene identificado en nuestro sistema la corrupción y falta de transparencia en trámites y en las instituciones públicas, lo cual podría desmantelar cualquier potencial acuerdo comercial.
En conclusión, la denominada “fase 1” del Acuerdo Comercial es básicamente un Protocolo de requerimientos por parte de Estados Unidos a Ecuador para demostrar la voluntad e interés de suscribir, potencialmente, un acuerdo comercial entre ambos países. Ecuador debe de estar consciente de su capacidad operativa y técnica para cumplir con ellos y que no sea simplemente una ilusión para los exportadores ecuatorianos, sino que pueda materializarse en un corto-mediano plazo.
Es importante también que en este tiempo, Ecuador identifique los productos que tienen mercado en Estados Unidos para que, una vez suscrito el Acuerdo, exista la oferta exportable y las cantidades que requiere un mercado como el americano. (O)