La vida humana tiene un valor inestimable desde su concepción hasta la muerte natural y esto gracias a su dignidad que nos viene dada de haber sido creados a imagen y semejanza de Dios, con inteligencia y voluntad.
Pero justamente por su fundamento trascendente la vida tiene que ser vivida también en cada una de sus etapas con dignidad, y todos los ámbitos de la vida social, económico, cultural, etc., deben propiciar esa consecución; caso contrario, se ve trastocado el plan original y aparecen problemas sociales que luego afectan a la sociedad y, el más grave, ponerle precio a la vida de una persona. Es menester que el candidato a la Presidencia que gane tenga presente en su mandato velar que todos sus compatriotas puedan vivir con dignidad, si no queremos que se agudicen dichos problemas. (O)
Cristhiam Armando Carpio Castro, Daule