Estado, deje de subsidiar a los partidos y movimientos políticos con dinero del pueblo ecuatoriano y que los candidatos busquen la manera de financiar sus campañas electorales, haciendo que el CNE no tome ni un solo centavo del presupuesto nacional para que mejor sea utilizado en priorizar necesidades urgentes, en salud, educación y catástrofes naturales.

¡Claro que se puede ahorrar!, reduciendo los sueldos y el número de asambleístas, tanto nacionales como provinciales, y eliminando la elección de parlamentarios andinos, que nada hacen en bienestar del país, su presencia prácticamente no ayuda y es nula, es una burocracia innecesaria, pues solamente pasan viaticando y viviendo con lujos con plata del pueblo.

El apocalipsis ecuatoriano

¡Claro que se puede ahorrar!, disminuyendo el número de asesores para los asambleístas, si desean más empleados, que gasten de su sueldo, porque muchos legisladores no aportan nada en la creación de leyes, la mayoría son simples ‘calienta asientos’ y ‘levantamanos’.

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¡Sí, es posible ahorrar!, eliminando los exagerados y desmedidos gastos de responsabilidad, representación y residencia, que se destinan para los asambleístas, porque es una inversión considerable, que disminuye mucho más el presupuesto nacional; de la misma manera, el Estado debe retirar el subsidio para la adquisición de celulares, en beneficio de los incompetentes asambleístas.

Nuevo ministro de Salud: ¿bien designado?

Cuánto ahorro tendría el Estado ecuatoriano solamente desde la Asamblea Nacional, y dejando de mantener a tantos partidos y movimientos políticos que solamente

se han convertido en agencias de empleo, y sus directivos, unos expertos en componendas y amarres, con el propósito de obtener provecho económico y personal, cuando sus elegidos llegan al poder legislativo.

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El caso Purga y el resto

Ahí está, sí es posible contar con un sustancial ahorro para por lo menos solucionar, en parte, las necesidades acuciantes que padecen y enfrentan la mayoría de los ecuatorianos cuando hay crisis económicas, apagones, emergencias sanitarias y desastres naturales. (O)

Arturo Lara Noriega, licenciado en ciencias de la comunicación social, Riobamba