La carretera vía Daule, que conecta a Guayaquil con El Empalme y que ha estado concesionada por más de 25 años, se ha convertido en un peligro constante para quienes la transitan, especialmente en el tramo que atraviesa los cantones Palestina, Balzar y El Empalme, en la provincia del Guayas. Esta vía, que debería ser un eje vital para el desarrollo agrícola, comercial y social de la región, representa hoy una amenaza diaria para conductores, pasajeros y peatones, debido a su estrechez: cuenta con solo dos carriles —uno de ida y otro de regreso— sin arcenes ni cunetas.

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A esto se suma el elevado tránsito de vehículos pesados. La calzada asfaltada apenas cubre el ancho de los dos carriles, por lo que cualquier maniobra fuera de línea puede terminar en un volcamiento, ya que no existen márgenes de seguridad. Esta condición incrementa significativamente la peligrosidad de la vía a lo largo de todo el tramo mencionado.

Las estadísticas, aunque muchas veces poco visibles por la falta de registros actualizados, hablan por sí solas: los siniestros en esta carretera han aumentado en los últimos años, cobrando numerosas vidas humanas. La más reciente, hace apenas unos días, fue la de un joven deportista que jugaba en un club de fútbol del cantón Balzar. A esto se suman cuantiosas pérdidas materiales. Más allá de las cifras, están las historias de familias que sufren pérdidas irreparables, de productores que arriesgan sus cosechas, y de estudiantes que deben recorrer diariamente un trayecto que no les ofrece ninguna garantía de seguridad.

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Terrible inundación

Es inadmisible que una vía de tanta importancia siga siendo ignorada por la Prefectura del Guayas, la empresa concesionaria encargada del cobro de peajes y los niveles de Gobierno responsables del mantenimiento de la infraestructura vial. Aunque es cierto que, al estar concesionada, no le corresponde directamente al Estado intervenir, también es cierto que puede y debe actuar en defensa de la vida de quienes transitan por esta vía.

La falta de inversión no solo refleja una indiferencia institucional por parte de la Prefectura del Guayas, sino que también evidencia un menosprecio por el derecho fundamental de todo ciudadano: la vida. Todos merecemos igualdad de garantías y condiciones para vivir y desarrollarnos con dignidad.

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Es urgente y necesario que la Prefectura del Guayas, la empresa concesionaria y el Ministerio de Transporte y Obras Públicas articulen acciones inmediatas para ampliar a cuatro carriles, con sus respectivos arcenes, el tramo crítico de la vía a Daule entre los cantones Palestina y El Empalme, también conocida como la “carretera de la muerte”. Las soluciones no pueden seguir postergándose con promesas o estudios técnicos sin ejecución. La seguridad vial es un derecho, y garantizarla en la vía Daule, entre Palestina y El Empalme, es una deuda que la Prefectura del Guayas y el Estado ecuatoriano no pueden seguir aplazando. (O)

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Pedro Javier Triviño Rodríguez, biólogo, Barcelona, España