Compatriotas, ¿han visto la plantilla de los ilustres candidatos que aspiran a llegar tanto a la Presidencia como a las más altas dignidades en un indefenso y pequeño país como el nuestro?
¿Por qué los ecuatorianos hemos perdido la confianza?
La gente honesta no puede concebir tanta ambición y sinvergüencería de aquellos oportunistas que, a sabiendas de que no tienen ninguna posibilidad de triunfo, pues solo cuentan con el voto de sus familiares y vecinos, tan solo se prestan para crear confusión y dividir al electorado en una forma irresponsable, bajo el lema “divide y vencerás”. Basta consensuar una noche bohemia entre tragos, bromas y gallos para conformar los flamantes binomios e inscribir sus candidaturas con la seguridad de que el CNE los aceptará sin requisito alguno y ni se dará el tiempo para investigar sus antecedentes personales. Estos binomios son inscritos a la ligera, financiados con nuestro dinero, sabiendo bien que Ecuador se debate entre la pobreza y el abandono.
Esto no sería posible si el CNE aparte de los requisitos se propusiera investigar a fondo los antecedentes de estos “ilustres” candidatos antes de aceptar las inscripciones de estas ambiciosas candidaturas. Lo correcto sería que en un país tan pequeño y pobre como el nuestro no existan más de cuatro candidatos presidenciables, lo que representaría un inmenso ahorro económico además de reducir los molestos ruidos que acaban con nuestra salud mental, auditiva y nuestra paciencia. (O)
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Fabiola Carera Alemán, escritora, Quito
