La mojiganga, de acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española es: “Obra teatral muy breve, de carácter cómico, en la que participan figuras ridículas y extravagantes, y que antiguamente se representaba en los entreactos o al finalizar el tercer acto de las comedias” , o “Acción burlona o lúdica”. Este es el espectáculo al que el Ecuador está obligado a presenciar, a base de un reglamento, mal llamado Código de la Democracia.

Voto electrónico, menores sanciones para partidos y el regreso al método D’Hondt, entre los cambios que se harían al Código de la Democracia

Se observa que, en una pompa exagerada, las agrupaciones políticas hacen alarde de cumplir con los estatutos o disposiciones del Código de la Democracia, agrupando a una cantidad de personas en un acto que no representa nada, en el que a duras penas levantan la mano y la voz quienes están aleccionados para eso y llegan a imponer la voluntad de uno solo o de un grupo que maneja la situación.

¿Por qué el Código de la Democracia no contempla que las elecciones internas se hagan con papeletas? Pareciera que fue hecho para que sea manipulable y para vulnerar la voluntad democrática.

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Código de la Democracia requeriría de nuevas reformas para adaptarlo a las ‘amargas experiencias’

Sinceramente creo que el Código de la Democracia fue una creación delincuencial, cuya finalidad es sumir a los pueblos en una verdadera debacle, con candidatos que no están preparados para servir al pueblo, si no para servirse del pueblo, con candidatos que no cumplen con los requisitos mínimos de educación o formación, ya lo vivimos con asambleístas que proponen la nominación del día del bizcocho como gran logro, o que accedan a tramitar la ley de protección de animales no humanos, sin pararse a pensar en su propia dignidad.

No es aceptable que la democracia sea pisoteada permitiendo candidaturas de personas no preparadas académicamente, o que se permita una proliferación de candidaturas para permitir que una o dos candidaturas lleguen a una segunda vuelta (en el caso de los presidenciables) con votaciones risibles, o que se tenga alcaldías y prefecturas con 22 o 25 % de los votos (que no son mayoría de la población en absoluto). Estos resultados son una verdadera vulneración o burla a lo que se debe entender como democracia. (O)

José Manuel Jalil Haas, ingeniero químico, Quito