A pesar que el presidente, el vicepresidente, la ministra de salud, los gobiernos descentralizados, proveen las vacunas por el COVID-19, los insumos y las estrategias para vacunar, existe aún ausentismo de algunas personas que ponen en peligro la vacunación en Ecuador.

La vacuna contra el coronavirus es una medida de prevención para evitar los efectos funestos de la pandemia; el ausentismo puede hacer fracasar el plan gubernamental de vacunar a 9 millones de ciudadanos en 100 días de plazo. Injustificadamente un sector ciudadano está decidiendo no acudir y oponerse a la ciencia que ha producido múltiples vacunas, no le otorgan confianza a los beneficios de la inmunización que se aplica en todo el mundo. Se necesita de la Iglesia en el tejido social como catalizadora del bienestar colectivo, despertar conciencia sobre la necesidad imperiosa de la prevención frente al funesto COVID-19. (O)

Franklin Moreno Quezada, doctor en jurisprudencia, Guayaquil