En la sabana africana, un futuro rey ha nacido, su nombre es Simba. Pero el destino del recién nacido no es ser un monarca absoluto, sino una especie de director de orquesta que estará atento para que todas las notas de la sabana suenen sin desafinarse. Mas no todo el reino celebra con alegría este nacimiento, pues en el mundo existe la eterna lucha entre el bien y el mal, como Scar, hermano del padre de Simba, que está aliado con las hienas y quiere ocupar el trono.

¿Por qué los ecuatorianos hemos perdido la confianza?

Simba es un niño inquieto que no mide los peligros y sale fuera de los límites permitidos para él, esto lo aprovecha el tío y le pone una emboscada a su hermano, quien iba a buscar a su hijo. Scar mata a su hermano para poder ocupar el trono y ordena a las hienas que busquen y maten a Simba para no tener ningún obstáculo en conseguir sus oscuros propósitos. Simba ve a su padre muerto, llega a conocer los planes de su tío y huye al exilio, donde sobrevive con ayuda de buenos amigos, mientras crece y espera recuperar lo que legítimamente le pertenece, y que finalmente lo consigue.

Este es el resumen de una película de Disney que dejó muchas enseñanzas.

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Panorama electoral

En Ecuador no estamos en la sabana africana, no somos animales, sino seres humanos pensantes, no estamos regidos por la “ley de la selva”, no hay que matar al rival para ocupar un trono. ¿Verdad?

Hace 45 años el Ecuador volvió a la democracia. Escogemos a los gobernantes por votación directa, popular y secreta. Los gobernantes no se convierten en dueños de las personas ni de sus sueños y anhelos.

Puede haber la mejor Constitución del mundo, las mejores leyes, pero si la calidad humana de los elegidos falla, no avanzaremos, nada se podrá lograr, los sueños caerán en saco roto y el resultado será nefasto.

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La miel pura del poder

¿El aire huele ahora a caramelo? No, huele a campaña política.

Hace algunos años los candidatos incluían en sus discursos frases ofensivas contra el contrario, que hacían alusión a su aspecto físico o a alguna diferencia de tipo económico, social, etc. Escuché que uno de ellos se refería a su oponente como “nariz de tiza de sastre”.

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Ahora, antes de la campaña ha habido agravios más sofisticados, en inglés, también ha habido chácharas, imitaciones, burlas, etc. Eso no aportará en nada positivo al sentido de la campaña. Se debería debatir mostrando programas creíbles y realizables, bien sustentados, sin gritos inútiles ni shows baratos.

Candidaturas: vanidad y ego

Los votantes deberíamos revisar muy bien la historia personal del candidato, además sus estudios, experiencia, valores morales, anhelos, sueños, metas, y sería deseable que no tengan vicios ocultos. Habría que analizarlos con lupa a cada uno, antes de decidir a quién le damos nuestro voto para que todos juntos salgamos de la crisis total en la que nos hallamos inmersos.

No estamos en la sabana africana, aquí no hay herederos al trono, pensemos bien para luego no estar lamentándonos por los malos gobernantes elegidos. (O)

Elvira Morla Larrea, abogada, Guayaquil

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