La expresión de la ciudadanía en las urnas es impredecible, sin embargo en cuanto a la consulta popular, según ‘radio bemba’ y las encuestadoras, la ciudadanía siente que es trascendental para la vida del Estado.

El tema de la extradición, las consecuencias del crimen organizado transnacional y sus aliados el narcotráfico, el tráfico de personas, tráfico de armas y tráfico de migrantes, sabemos que tienen atemorizado al pueblo sin excepción. La impunidad que se genera deja sin castigo a los criminales y acrecienta el delito, por ello se necesita fortalecer la Fiscalía General del Estado para que en plenitud de autonomía pueda designar, capacitar y sancionar a sus fiscales mediante el Consejo Fiscal.

Por otro lado, la calidad de ciertos asambleístas lejos de la moral, la ética y la transparencia, incluye no solo a legisladores que recomiendan robar bien, sino a otros que pudieran tener ciertos ‘vínculos’.

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Para evitar la proliferación de movimientos políticos, debería ser que les exijan tener un número de respaldo a través de una afiliación permanente, para limitar a los hoy 272 movimientos políticos, y sus ‘auspiciantes’.

Sobre el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) con desaciertos ha escrito su epitafio.

De otra parte el deseo de ampliar las áreas protegidas para incluir a las áreas de protección hídrica, es asegurar la vida y el medio ambiente. Finalmente dar estímulos a quienes apoyan la generación de servicios ambientales, favorece a las personas, comunidades, pueblos y nacionalidades, ¿quién puede pensar contra el medio ambiente?

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Los ciudadanos tienen el deber cívico de meditar, decidir y votar con libertad. (O)

Franklin Moreno Quezada, doctor en Jurisprudencia, Guayaquil