Para saber hasta dónde llegan los límites de lo trascendental es necesario un humanismo fuera de lo común. Desde el momento en que el respeto, la compasión, la empatía y la sabiduría (cimentadas con buenas cantidades de amor), la dignidad humana perdurará para siempre. Con esta actitud, y en lo más profundo de nuestro ser, todo alcanzará la perfección de la sencillez, elevándola por encima de sus activos depredadores sociales.

La estabilidad emocional brinda confianza plena en la vida de las personas

Todo ese ruido molesto que no nos deja pensar en paz y en calma, desaparecerá. Ya no será necesario buscar ni encontrar enemigos y los defectos propios en los demás. (O)

Jesús Sánchez-Ajofrín Reverte, Albacete, España