Con demasiada frecuencia en los últimos años, la ciudadela Las Acacias, en el sur de Guayaquil, sufre recurrentes cortes del servicio telefónico que no se solucionan de inmediato, como fue el caso del último que ha durado más de cuatro meses, afectando a centenares de usuarios.

Roban luminarias y cables en una plaza en Quito que se inauguró apenas hace dos semanas

Esta prolongada interrupción no inmuta a la telefónica estatal, que ha señalado que los culpables de estos cortes del servicio son los chamberos, que se roban los cables, y que el daño se solucionará cuando se instalen bajo tierra. Pero ningún funcionario dice qué acciones emprenderán contra los chamberos y los delincuentes que compran los cables, propiciando el delito, ni se apuran para devolver el servicio a los usuarios. Así como tampoco dan facilidades y ponen mil y una trabas cuando el afectado quiere desistir del servicio, por el cual, irónicamente, debe pagar una cuota de mantenimiento sin recibirlo.

Al menos apliquen lo que proclama el dicho popular: “Si no me das, no me quites”. (O)

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Teófilo Villón Barros, Guayaquil