En 1964, Abraham Lincoln fue asesinado en un teatro. En 1944, Hitler se salvó de morir en Múnich al abandonar abruptamente una reunión, donde 10 minutos después estalló una bomba. En 1963, John F. Kennedy es asesinado en Dallas. En 1981, Ronald Reagan se salva luego de ser alcanzado por una bala. Y recientemente, en 2024 Donald Trump se salva de un balazo por un repentino movimiento de cabeza.

Orejas vendadas, una señal de respaldo a Donald Trump en la Convención Nacional Republicana

Pongo solo estos casos de atentados para poder observar que gente buena o mala se salva de atentados, y es asombroso observar el fanatismo de muchas personas que ya están convencidas de que “la mano de Dios salvó a Trump”.

Kamala Harris mejora ligeramente los números de Joe Biden en sondeos, pero continúa atrás de Donald Trump

Ya con todo el conocimiento de la historia de la humanidad, de sus emperadores, reyes, líderes, dictadores, estadistas, etc., deberíamos haber aprendido a distinguir la paja del trigo, deberíamos haber aprendido a ser ecuánimes en nuestros razonamientos, deberíamos haber aprendido a ser inmunes a la demagogia, a la verborrea, deberíamos haber aprendido a no ser creyentes ciegos de otro ser humano.

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Definitivamente, no hemos aprendido nada. (O)

David Ernesto Ricaurte Vélez, ingeniero mecánico, Daule