Hubo un largo tiempo en este país que desde el poder gubernamental la palabra soberanía se ocupaba por cualquier persona, logrando no solo fastidiar y causarle daños a la República, sino también hacerle perder valor y su real trascendencia al término. En la Constitución ecuatoriana, por ejemplo, se determina que “la soberanía radica en el pueblo, cuya voluntad es el fundamento de la autoridad, y se ejerce a través de los órganos del poder público…”.

La agenda de la Revolución Ciudadana en la comisión de Fiscalización podría ser el ‘desafío’ para Daniel Noboa

Los expertos, entre otros conceptos, afirman que el Estado ejerce la soberanía nacional y la soberanía externa. Jean-Racques Rousseau dice que “el soberano es el pueblo que enajena su derecho a favor de la autoridad” y que “cada ciudadano es soberano y súbdito al mismo tiempo”, porque contribuye a crear la autoridad, forma parte de ella y se obliga a obedecerla. Asimismo, asegura que la “soberanía es el poder absoluto y perpetuo de una república”, es decir, que “la soberanía es el medio para conseguir el recto gobierno, y no cualquier gobierno”. También dice que “la soberanía popular es un ejemplo de expresión de la autoridad”.

¿En qué consiste la tabla de consumo de drogas que ordenó derogar el presidente Daniel Noboa?

De acuerdo con la carta magna el territorio del Ecuador es inalienable, irreductible e inviolable. Nadie atentará contra la unidad territorial ni fomentará la secesión. Las Fuerzas Armadas tienen como misión fundamental la conservación de la soberanía nacional, la defensa de la integridad territorial y la garantía de su ordenamiento jurídico. La Policía Nacional tiene como misión atender la seguridad ciudadana y el orden público dentro del territorio nacional. El presidente de la República debe “velar por el mantenimiento de la soberanía (...) de la seguridad pública…” y de “ejercer la máxima autoridad de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional…”.

Publicidad

‘El momento que el correísmo comience a arrinconar a Daniel Noboa, a querer ser cogobierno, a pedir el retorno de Rafael Correa, allí se romperá esta alianza’, dice el asambleísta Jorge Chamba

Lo anterior es apenas un brevísimo marco referencial para una pregunta que es necesaria hacer hoy, ¿en Ecuador hay ejercicio soberano? Duele reconocerlo, pero la respuesta es no. Quienes son los responsables de hacerlo no lo aplican y, por propia voluntad o por batalla perdida, han traspasado o se han visto obligados a ‘entregar’ esa soberanía a quienes actúan fuera de la ley y manejan al país a su antojo, como les da la gana. Es notable y hace ruido la ausencia estatal, la institucionalidad está hecha pedazos, el territorio ha sido violado, la inseguridad campea, las FF. AA. y la policía están en deuda, y hay la sensación de que se vive bajo cualquier gobierno.

Daniel Noboa dispuso reestructurar la Vicepresidencia por austeridad del gasto público y ante la única función que tendrá Verónica Abad

Ahora, lo que se requiere con urgencia es que el Gobierno que está por estrenarse inicie con un gran revolcón y recupere la soberanía, persiga y termine con el crimen organizado que ofende e irrespeta las fronteras patrias. Se necesita fortaleza institucional y viabilizar la gobernanza para luchar exitosamente contra las mafias y las relaciones clandestinas o públicas entre las estructuras criminales y los entes gubernamentales en todos los niveles. El pueblo soberano obedece cuando su delegación a la autoridad produce resultados positivos. (O)

Jorge Arturo Gallardo Moscoso, Samborondón