Los extremos no es que sean malos, se hacen malos cuando la ambición de los hombres inclina la balanza hacia un lado o al otro para saciar sus intereses económicos a través de la corrupción, el saqueo, el robo, las coimas.

La pelea no es el cambio

Viví el socialismo y el capitalismo y me adentré a investigar sus raíces, fui profesor en las universidades tanto en Guayaquil como en Milagro de la asignatura Economía Política, Sociología Marxista. Recorrí algunos países de la órbita socialista y también de la capitalista, fui socialista cuando verdaderamente se luchaba por un ideal, la reivindicación de los trabajadores, leí El capital de Karl Marx como me he leído la Biblia. Estuve en Nicaragua y Cuba invitado a diversos eventos, incluso asistí a la escuela de teatro y televisión en San Antonio de Baños, Cuba, y a seminarios médicos.

El avance de la humanidad

Conocí el muro de Berlín y también leí como el año 1989 el pueblo cansado de la represión lo derrumbó, también vi cómo se derrumbó la URSS en 1991, al estar cansados de un sistema centralista que solo mantenía al pueblo en la pobreza y solo eran unos pocos los que se daban la gran vida. Vi en 2008 cómo se derrumbó el capitalismo salvaje donde ya la gente no trabajaba solo vivía de la especulación y el chulco, te daban una casa y nunca la terminabas de pagar, mientras el capitalista vivía del trabajo del comprador.

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El presidente Trump y América Latina

Observé también que había sociedades liberales como Suiza, Suecia, Holanda, Finlandia y Noruega que sin mucha revolución la gente vivía bien con comida, empleo y salud y he visto progresar a países que realmente hicieron su revolución contra el capitalismo como China y Vietnam que ahora viven bien con libertad abriendo industrias, comercio, producción y ahora son sociedades que están funcionando a la perfección dando bienestar social, político y económico a su población. (O)

Hugo Alexander Cajas Salvatierra, médico y comunicador social, Milagro