Todo es un arte y todo debe ir perfeccionándose con el paso del tiempo, porque ese es el único camino que nos tiene trazado Dios, y el ejemplo es el universo.

Vivimos realidades o soñamos momentos

A mí siempre me admiró el amor y la dedicación que pusieron los primeros hombres y mujeres para darnos un camino que siempre fue mucho más allá que las estrellas. Siempre admiré cómo Stephen Hawking pudo observar los agujeros negros desde una silla de ruedas con solo el poder de su mente y su alma, o cómo Nick Vujicic pudo sin brazos ni piernas convertirse en un tremendo influencer que anima al corazón y el alma a ser protagonistas de nuevos ensueños; cómo Jean-Dominique Bauby desde una cuadriplejía con solo el movimiento de los párpados pudo escribir un libro La escafandra y la mariposa donde nos invita a observar a tan bello ser desplazándose en medio de la brisa desplegando al viento sus maravillosos colores en un precioso y pausado vuelo. O también cómo Sócrates prefirió morir ingiriendo la cicuta antes que aceptar doblegarse ante el poder que le quería obligar a renegar a sus principios morales apegados a la verdad y a la justicia; o cómo Miguel Ángel pintó los milagros de Dios en la Capilla Sixtina pasando días y meses acostado sobre un andamio a veces solo con pan y agua; o cómo Van Gogh se inspiró en sus desvaríos para pintar los famosos girasoles; como Antoine de Saint Exupéry se inspiró en las nubes y más allá en el cielo para desde el volante de su avioneta escribir El principito.

Otras desigualdades

Séneca no consideraba bueno nada que pudiera ser arrebatado, ya que al final de la vida nada nos llevamos, solo lo que hayamos pintado con los pinceles del alma, todo lo que hayamos hecho o escrito con las plumas sagradas de Dios y del amor, todo lo que hayamos esculpido con los pinceles y la sangre del corazón en víspera de conocer el verdadero amor. (O)

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Hugo Alexander Cajas Salvatierra, médico y comunicador social, Milagro