Durante los casi diecinueve años de administración municipal por parte del abogado Jaime Nebot, desde el sillón de Olmedo, se hicieron muchas obras que le cambiaron la cara a Guayaquil, pero algunas de ellas han caído en la debacle, debido a la falta de sostenibilidad de las mismas o la descontinuación de políticas favorables para los intereses ciudadanos.

Paso vehicular de cuatro carriles en la avenida de las Américas lleva un 43 % de avance

Es el caso, por ejemplo, de la Metrovía, sistema de transporte masivo de pasajeros que, en el año 2006, se presentó como una alternativa válida y esperanzadora para solucionar el caótico y vergonzoso sistema de transporte que, en ese tiempo y hasta hoy, ofende a los ciudadanos porteños. Se llenaban de orgullo los usuarios que empezaron a viajar en las cómodas y modernas unidades del novedoso sistema, con un personal aparentemente bien preparado, bien presentado y con buenos modales para el correcto trato al pasajero.

Los articulados obviamente estaban obligados a detenerse con toda la paciencia y prudencia necesarias para dejar y recoger pasajeros en cada una de las paradas establecidas en las tres troncales iniciales. Por su parte los alimentadores se detenían adecuadamente hasta que subiera el último pasajero de la fila que había estado en espera del servicio. Respetaban a las personas de la tercera edad, mujeres embarazadas y niños, como había sido anhelo de todos los usuarios.

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¿Hay control en la obra pública ecuatoriana?

Pero eso ha pasado a formar parte del pasado porque todo se olvidó y se volvió al mismo mal trato, unidades vetustas, vagones atestados de pasajeros que van sufriendo por el calor y malos olores.

Otra obra que se anunció y que ni en el tiempo de Jaime Nebot, ni en el tiempo de Cynthia Viteri se pudo hacer realidad es la construcción de la planta de tratamiento de aguas servidas Los Merinos; la actual administración comunicó en febrero de este año que la construcción de esta obra tiene un avance del 43 % y que estaría lista en 2025. Esta permitiría que los sectores como Guayacanes, El Limonal, Acuarela del Río, Brisas del Río, Samanes y Sauces ya no sigan sufriendo por los malos olores que despiden las lagunas de oxidación, las mismas que con el calor daría la impresión de que se enfurecen y atacan con mayor rigor inundando todo el ambiente con los fétidos olores que producen.

A finales de mayo culminarían los trabajos en la calle Rumichaca

Por último, y solo por mencionar lo más evidente, Guayaquil luce en estado de abandono en torno al control del tránsito vehicular, dejando a la ATM en entredicho con respecto al cumplimiento de sus funciones. Los conductores hacen lo que les da la gana y en eso incluyo a conductores de autos, motos y bicicletas que no respetan las leyes ni las señales de tránsito y ponen en riesgo la seguridad de los transeúntes. (O)

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Enrique Álvarez Jara, periodista jubilado, Guayaquil