Es profundamente indignante y perturbador observar cómo el panorama electoral ecuatoriano se está delineando, mostrando un futuro sombrío para nuestra patria. Se siente que estamos condenados a ser gobernados una vez más por oportunistas e incluso por personas con algún vínculo a la corrupción. La decisión soberana de la ciudadanía parece estar eclipsada por la astucia de quienes buscan imponer sus intereses propios a costa del bienestar común. Este escenario nos plantea una amenaza real para nuestro futuro y para los principios que deberían guiar nuestra nación.

La miel pura del poder

Aquellos que previamente devastaron y afligieron las estructuras de sus Estados ya no utilizan el crimen para alcanzar el poder; ahora han optado por la vía electoral, integrándose en las frágiles estructuras democráticas de sus países con el objetivo de tomar el poder y mantenerlo secuestrado indefinidamente.

Candidaturas: vanidad y ego

No es aceptable que en nuestro país haya 17 organizaciones políticas (con sus respectivos candidatos presidenciales), en su mayoría afines a quienes destruyeron a nuestra patria, que se encuentran más interesadas en el poder y en obtener dinero fácil del Estado, que en servir realmente a la gente. Es el pueblo ecuatoriano quien debe tener la voz y la decisión sobre el futuro del país. (O)

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Eduardo Vergara Barros, coronel en servicio pasivo, Quito

Preguntas abiertas: ¿Qué sugeriría al Gobierno para evitar volver a tener apagones por el estiaje? (O)