En el año 2020 mi mamá hizo la preinscripción al plan de vivienda del Municipio de Guayaquil; salió preaprobada. Su buró crediticio no estaba tan bien debido a algunas deudas que tenía por la pandemia. Ellos, como institución, prometieron ayudar a arreglar su buró, pero el Biess la calificó, aunque confiamos porque era del Municipio.

Mi mamá entró al plan, empezó a pagar cada una de sus cuotas y faltando seis meses para terminar el pago de todas, el Biess (Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social) la descartó, y le pedimos que por favor nos ayudaran como habían prometido, pero se negaron. Para ellos fue tan fácil darnos tres opciones: ceder los derechos a otra persona, y con una penalidad; deshacer la promesa de compraventa, o cambiarla a otro proyecto a largo plazo. Para no perderlo todo, averiguamos para cambiarnos al plan Tu futura casa, en el cual teníamos que pagar valores similares por 20 meses más, aparte de lo que ya se había pagado, e igualmente después de los 20 meses iban a descontar el valor de 15 %; y si cedíamos el derecho a alguien más, se tenía que pagar lo mismo que ya se había pagado. Es decir, de igual forma sería dinero perdido. Optamos por retirarnos del plan e intentar recuperar la mitad del dinero pagado, pero no se puede porque al retirarnos sería mi mamá quien abandona el proyecto por voluntad propia. Hasta el momento no encontramos solución ya que invertimos nuestros ahorros en una casa que no sabemos si será nuestra. (O)

Gabriela Elizabeth Moreira Coello, Guayaquil