Gran expectativa a nivel global han suscitado las revelaciones filtradas de los archivos de paraísos fiscales, respecto a fortunas que se mueven en organismos e instituciones extranjeras, que son muy complacientes en aceptar como ciertos los orígenes ‘transparentes’ de dineros, pero bien pudieran ser de orígenes delictivos, de delincuencia organizada, del narcotráfico o del ejercicio del poder público.
Felicitamos a los autores de dichas publicaciones producto de las investigaciones de medios de comunicación, del ICIJ (Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación) a nivel mundial, que desveliza la identidad de potenciales evasores de tributos y cuyas fortunas serían mal habidas. Diario EL UNIVERSO es parte de la investigación periodística.
Tener valores en paraísos fiscales no es delito si no se ha evadido el origen lícito del dinero, ni sean producto de la corrupción. Las personas que tienen valores en paraísos fiscales deberían, en acción voluntaria, informar sobre el motivo y los beneficios de domiciliar sus fortunas fuera de su país de origen. Fiscalía, Contraloría y Unidad de Lavado de Activos están en alerta a portalón cerrado. Los personajes de la política, de la Administración y de la contratación pública no pueden sustraerse al escrutinio universal de los medios de comunicación, pues no existe privacidad para quienes están involucrados en el manejo de fondos, efectos y valores del Estado. La sociedad tiene derecho de conocer los resultados de estas filtraciones que deben transparentarse. Al respecto, el presidente Guillermo Lasso dijo que responderá ante cualquier ente que quiera conocer el origen y estado de su dinero, conforme lo exige la ley. Aplaudo las investigaciones y divulgaciones que emanen. ¡Sí a la transparencia!, pero rechazo cualquier maniobra desestabilizadora de la oposición legislativa. (O)
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Franklin Moreno Quezada, doctor en Jurisprudencia, Guayaquil