Desde mi lugar en Manaus, Amazonas, Brasil, he sido testigo de una realidad alarmante: el majestuoso río Amazonas se está secando. Esta observación personal me ha llevado a reflexionar profundamente sobre las causas y consecuencias de este fenómeno.
Los afluentes ecuatorianos, que son cruciales para mantener el caudal del Amazonas, están experimentando una disminución alarmante. Esta situación se debe a una combinación de factores globales como la baja en el nivel de agua y los cambios climáticos que afectan la región. En Ecuador la sequía ha tenido un impacto devastador en las hidroeléctricas, que dependen de estos afluentes para generar energía. La central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, la más grande del país, ha visto una reducción significativa en su capacidad de producción, lo que ha resultado en apagones de hasta 10 horas diarias.
Nivel del río Amazonas, el más caudaloso, descendió y genera preocupación
Caminar a lo largo del río seco en Manaus es un recordatorio constante de la urgente necesidad de buscar alternativas sostenibles. El Gobierno ecuatoriano ha anunciado planes para diversificar la matriz energética del país, incluyendo el uso de energía geotérmica, solar y eólica. Estas fuentes de energía no solo son más sostenibles, sino que también pueden ayudar a mitigar los efectos de futuras sequías.
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Esta crisis del Amazonas no es solo un problema ecológico, sino también una advertencia sobre la vulnerabilidad de nuestras infraestructuras energéticas.
Es imperativo que se tomen medidas inmediatas para proteger este vital recurso natural y asegurar un suministro energético estable y sostenible para el futuro.
El río Amazonas se redujo en Colombia hasta un 90% por sequía, según indica el gobierno
Ser testigo de esta situación en persona me ha llevado a comprender la gravedad del problema y la importancia de actuar con rapidez. Debemos aprender de esta crisis y buscar soluciones que nos permitan proteger nuestro medioambiente y nuestras fuentes de energía para las generaciones futuras. (O)
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Javier Sebastián Barragán Rovira, abogado, Guayaquil
