Ignorar esta verdad es un desacierto que se viene repitiendo en el país por más de una década, ¡lo difícil es explicarle al primer mandatario porque sí debemos atenderlos! Para esto, debemos extraer del último censo agropecuario (2015) la real población agropecuaria, cuántos campesinos y pequeños agricultores existen y los miles de hectáreas y cultivos que ellos producen. De hecho, solo así se haría conciencia del sector que más requiere el apoyo por parte del Gobierno.
Los empresarios agropecuarios son los más tecnificados y mayormente generadores de divisas para nuestro país, muy pocas veces necesitan el apoyo del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), usualmente sus cultivos permanentes poseen la mejor tecnología y el más eficiente manejo de su productividad, en fin, ya no son una carga para el Estado sino todo lo contrario; entonces, a cuenta de que debemos cuidar del pequeño, en párrafos posteriores demostraré por qué debemos dirigir nuestros recursos y apoyo hacia el campesino y el pequeño agricultor.
Beneficios potenciales al sector agropecuario
El Ecuador de hoy no posee estadísticas reales de nuestro sector agropecuario, el MAG desde hace más de una década funciona por inercia del anterior, no existe un censo agropecuario actualizado con estadísticas más confiables, y opta por el continuismo utilizando estadísticas obsoletas del último censo agropecuario del 2015. Sin embargo, dichas obsoletas estadísticas señalaban hace una década que en nuestro país existen más de 120 cultivos diferentes, de los cuales más de 50 son cultivos permanentes y alrededor de 70 son transitorios o de ciclo corto.
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Ahora bien, debemos comprender que nuestra economía no depende exclusivamente de las exportaciones de banano, plátano, cacao, etc., porque sus beneficios con todo derecho se reparten entre el empresario y algo para el Estado, y a pesar de que es un gran generador de empleo, aquí se cumple el principio, realmente el axioma de la mano invisible de Adam Smith, cosa muy distante de la microeconomía que genera el pequeño agricultor para su familia con escaso bienestar, pero solo ellos, sin el apoyo del Estado, históricamente las producen año tras año.
Apoyo a la agricultura en EE. UU.
Si con detenimiento revisamos dichas estadísticas observáramos que la mayor superficie sembrada de nuestras tierras agrícolas desprovistas en su mayoría de una infraestructura básica está en las manos del pequeño campesino, y son las dedicadas a la producción de cultivos de ciclo corto, ahí nos daremos cuenta de que la mayor cantidad de nuestras tierras agrícolas las trabajan directa e indirectamente más de cinco millones de agricultores pequeños que son los responsables de llenar nuestra canasta familiar básica todos los días. Por ello, necesitamos con urgencia dirigir el apoyo del Gobierno para poder mejorar sus niveles de vida en todas sus formas.
Es importante como país sacar ventaja de las circunstancias geopolíticas actuales lideradas por el nuevo Gobierno de los EE. UU., pues le permitiría al Ecuador, desvalijado por sus anteriores mandantes, reactivar a un sector agropecuario ansioso de esta oportunidad y aprovechar los espacios del mercado dejados por otros países. (O)
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Pedro Álava González, ingeniero agrónomo, Sunrise, Florida, EE. UU.