Un Estado es aquel que garantiza la vida, propiedad, integridad, honor y demás derechos y libertades. Pero en los Estados ineficientes y ‘sometidos’, la sociedad está abandonada a su suerte, domeñada por todo tipo de delincuentes nacionales y extranjeros.

‘El incremento de las muertes violentas es reflejo de la poca efectividad del gobierno de Lasso en materia de seguridad’

La inseguridad empeora cada día, en todos los lugares y en todo momento. Debemos pensar, analizar y tomar las decisiones para mejorar las capacidades operativas de la fuerza pública como las siguientes:

(...) conseguir los objetivos nacionales para que el Estado y la sociedad (...) desarrollen sus actividades en paz...

En primer lugar, acudir a la cooperación, asesoramiento y entrenamiento de países amigos, con mejor doctrina, experiencia, equipamiento y tecnología. Segundo, mejorar la selección, preparación y entrenamiento, con criterio para lograr resultados decisivos. En tercer lugar, el don de mando es el más elemental, este enseña que las fuerzas deben estar en las mejores condiciones para cumplir la misión y preocuparse del bienestar y dignidad de las tropas, es inconcebible que se gradúe gente sin tener las condiciones para una vida digna. Finalmente, conseguir los objetivos nacionales para que el Estado y la sociedad en general desarrollen sus actividades en paz y tranquilidad, y que sus intereses no estén amenazados.

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Daniel Noboa expone su plan de empleo y seguridad ante inversionistas españoles

Estamos viviendo los días más oscuros de nuestra historia republicana; asistimos a un debilitamiento de la estructura institucional y del sistema normativo. Solamente, unidos, organizados, decididos, podremos revertir la situación actual. Las presentes y futuras generaciones demandan nuestro mejor esfuerzo, tiempo y capacidades para cambiar “el desorden organizado” y tener el país que todos los ecuatorianos anhelamos. No puede haber seguridad sin desarrollo, como no puede haber desarrollo sin seguridad. Y si no hay trabajo, oportunidades, buena educación, buena salud y cultura, no habrá paz y bienestar para todos. (O)

Francisco Almeida Caviedes, Quito