No existe receta fácil para revivir al sector agropecuario. Múltiples colegas muy bien intencionados caen en la recomendación cansina de proponer extensos planes imposibles de implementarlos física y económicamente hablando. Por ello debemos tomar distancias de planes inalcanzables que cuando los leo vienen a mi memoria, las largas listas escritas a Papá Noel por muchos niños humildes de mi tierra que, como todo infante, desconocen la real economía de sus padres; es infantil, por lo tanto, pasar por alto la situación económica del Ecuador haciendo caso omiso de nuestra realidad, con planes carentes de sindéresis que riñen con nuestra realidad económica disponible y por ello año tras año se hacen grandes esfuerzos fiscales para asignar presupuestos en todos los sectores del país.
Interminable padecer de cañicultores
Hoy la agricultura se encuentra en las puertas de otra revolución, en cuyo centro se encuentran los datos y la conectividad. La inteligencia artificial, la analítica, los sensores conectados y otras tecnologías emergentes que podrían aumentar aún más los rendimientos, mejorar la eficiencia del agua y otros insumos, y fomentar la sostenibilidad y la resiliencia en los cultivos y en la ganadería. En fin, es una rutina estéril de no poseer un enfoque más moderno y real que promueva un salto tecnológico en las artes de producción que se hacen urgente, con un programa paralelo de apoyo científico y moderno hacia el agro.
Se requiere una dosis enorme de pragmatismo y experticia para diseñar una política agropecuaria para el futuro presidente. Quien sea elegido mandatario el próximo año debe salir de ese enfoque rutinario y estéril y crear un nuevo sector agropecuario más moderno que promueva un salto tecnológico en las artes de producción que se hacen urgente. El primer factor que la gran mayoría pasa por alto es el agua, sin agua no hay vida ni alta productividad en los campos, por ello insisto que lo primero es dotar a campesinos y pequeños agricultores de modernos sistemas de aplicación del riego con métodos más eficientes en el uso del agua en términos de uniformidad y cobertura, esto debe ser el mejor programa financiado por el Gobierno y ejecutado a través del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), de lo contrario, todas las innovaciones tecnológicas serán improductivas y deficientes.
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Agrónomos colegiados impulsan agricultura urbana
Es vital fortalecer el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias de Ecuador (Iniap); es la hora de la modernización en la investigación biogenética), no podemos permitir que la investigación esté tan limitada. Es oportuno desarrollar proyectos innovadores y sostenibles en el sector agrícola, crucial para la economía del país.
Esto y mucho más puede transformarse con el apoyo del presidente. La capacitación continua debe ser otro bastión hacia el progreso del pequeño campesino como un programa permanente que tiene que instalárselo en todo el país a través del MAG, creando centros de preparación y adiestramientos en administración y control de sus inversiones, así como en el uso inteligente de sus androides y drones, al igual que en otras tecnologías; estos seminarios tienen que venir acompañadas con prácticas sostenibles que conserven los suelos y que reduzcan el uso de pesticidas y fertilizantes químicos, fomentando la agroecología.
Una política agropecuaria moderna que debe transversalmente conectarse con otras secretarías de Estado para conjuntamente llevar mejores condiciones de vida para las áreas rurales como la conectividad, escuelas, caminos vecinales, etc. Estoy convencido de que estos tan necesarios cambios son un proceso lento, pero deben hacérselos por el bien de un nuevo sector agrícola de Ecuador. (O)
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Pedro Álava González, ingeniero agrónomo, Sunrise, Florida, EE. UU.
