Érase un sol radiante y estás feliz de haber dado a luz un bebé o cuatrillizos; cuando de manera inesperada te caen palos, piedras, lanzas etc., de inmediato te elevas y vuelas a salvar a tu prole. Miras en la tierra a tus tiernos bebés que se los llevan manos de humanos desalmados. Esta vil acción frecuentemente lo hacen con las aves para comercializarlas, también cuando talan los árboles o provocan incendios.

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Todo tipo de aves me apasionan, de hecho tengo dos que revolotean mi casa. Vuelan a diestra y siniestra, de un piso a otro, la periquita Inti fue un obsequio, llegó sedada sin duda para demostrar docilidad. La exótica es Chita, fue donada, no la querían, llegó en jaula, que barbaridad con un enorme candado. Ambas se han convertido en mi Ikigai. No obstante, lucho por los derechos del ambiente y la naturaleza, más aún la fauna. Razón por la cual informo la comercialización de aves (polluelos exóticos) en redes sociales. Existen páginas locales que a todo ego usan el nombre del país para la venta de aves. La mayoría terminan regalándolas o enjauladas porque su cuidado y aseo es de mucha abnegación. Pregunto, amigo lector, ¿te agradaría estar en una jaula? No lo creo, entonces no compre.

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La red social Facebook tiene como normativa la no venta, a esta página ya le han dado avisos y estos para no caer en incumplimientos el administrador comunica que no usen las palabras ‘venta’, ‘disponible’, ‘dispongo’ y sugieren usar siglas: V/T, D/P y D/G, así evaden la suspensión. La normativa del país, ¿qué hace al respecto? ¿Acaso estas páginas están autorizadas para la comercialización? Hago un llamado de que “vuelen, vuelen” al Ministerio del Ambiente, la autoridad ambiental nacional, u otro organismo gubernamental para que tome medidas ante esta cruel forma de comercializar aves.

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Las aves que aletean el viento solo se las mira y se sienten, no se oprimen. (O)

Alexandra Cedeño Chunga, Guayaquil