La suerte del expresidente del Perú Alejandro Toledo está echada. Su extradición desde los Estados Unidos al Perú es inminente, pues todas las maniobras legales para prolongar su estadía en California se agotaron. Según autoridades peruanas su extradición es cuestión de semanas. Se le ha sentenciado por haber recibido coimas de Odebrecht por $ 30 millones a cambio de adjudicar obras públicas mientras fue presidente (2001-2006). Tiene 76 años.

Hasta dos meses podría tomar la extradición de Alejandro Toledo a Perú

La historia personal de Alejandro Toledo es digna de una biografía novelada. Nacido en un pueblo cercano al puerto pesquero de Chimbote, a donde su familia se mudó cuando él tenía 4 años, fue el octavo de 16 hermanos, de los cuales solo nueve sobrevivieron debido a la economía precaria de la familia. Su destino natural hubiera sido como lustrabotas o vendedor ambulante. Gracias a la intervención de un miembro del Cuerpo de Paz que fue asignado a Chimbote, Toledo pudo emigrar a los Estados Unidos y coronar su trayectoria educacional con un Ph. D. en Educación por la Universidad de Stanford.

Cuál es el largo listado de exmandatarios peruanos en prisión o con causas judiciales

La cúspide de su carrera política, antes de ser elegido como presidente el 2001, fue liderar la multitudinaria marcha de Los Cuatro Suyos, que puso fin a la interminable dictadura de Alberto Fujimori. Ese liderazgo valiente y popular allanó el retorno a la democracia.

Tuve una experiencia personal con Alejandro Toledo a finales de los noventa, cuando le acompañé a Harvard...

Tuve una experiencia personal con Alejandro Toledo a finales de los noventa, cuando le acompañé a Harvard –donde él había sido Research Associate– para conseguir el aval que permitiría montar un programa de gobierno en la Escuela Superior de Administración de Negocios (ESAN) del Perú, donde Toledo era académico. El recibimiento de los profesores, incluyendo a Jeffrey Sachs, reflejaron una notable simpatía hacia Toledo, no tanto por sus logros académicos, sino más bien por ser el caso excepcional de un potencial presidente –con marcados rasgos indígenas– de un país de América Latina, donde predominan las élites blancas. Un hecho anecdótico de aquel día fue que juntos asistimos a una de las conferencias magistrales de Jamil Mahuad, aquella basada en leyendas indígenas ecuatorianas, que tanto había encandilado a los estudiantes.

En el momento que se escribe esta columna, el engrilletado expresidente que está en prisión domiciliaria, ha sido invitado a entregarse voluntariamente a la justicia. El se ha negado aludiendo a un intrascendente proceso de habeas corpus que todavía no concluye. Este proceso será negado rápidamente este marzo, después de lo cual no queda más que las coordinaciones policiales para su traslado.

Una canción del grupo chileno Quilapayún describe el orgullo de regresar a la patria después del exilio que generó la dictadura militar. Las letras dicen así: “Vuelvo con mi amor espeso / Vuelvo en alma y vuelvo en hueso / A encontrar la patria pura / Al fin del último beso”.

El retorno de Toledo al Perú es lo opuesto a los versos de esta canción. Será más bien una experiencia kafkiana, en la cual el personaje se despierta un día solo para darse cuenta de que se ha convertido en un insecto. Alan García no pudo resistir esta metamorfosis y optó por el suicidio. (O)