El presidente de la República, Daniel Noboa, propone la derogatoria del artículo quinto de la Constitución de Montecristi, que prohíbe el establecimiento de bases militares extranjeras en el Ecuador. Es decir, volver a la situación legal de antes, que permitió la instalación de la Base Militar de Manta y, mucho antes, durante la Segunda Guerra Mundial, el que Estados Unidos tuviera instalaciones militares en Salinas y Galápagos. No había ninguna prohibición constitucional, la que fue creada el 2008.

Hace cinco siglos, Montaigne, autor del relativismo ético, sostenía que lo que es malo en un tiempo, puede ser bueno en otro, y, también, lo contrario. Ahora hay que analizar las nuevas realidades: las capacidades de las fuerzas del orden, de policías y militares, han sido sobrepasadas por las de los carteles de la droga, y, más todavía, a las del sistema judicial, que antes eran tan respetables.

Tampoco hay que creer que, por la mera creación de nuevas bases militares, automáticamente desaparecerían el tráfico de drogas y el crimen organizado.

Colombia tiene como siete bases con los Estados Unidos y, en estos últimos cinco años, ha duplicado la producción y el tráfico de drogas, donde ocupa el primer lugar.

Perú tiene varias bases militares y está entre los más destacados productores y traficantes.

Estados Unidos no puede, o no quiere, controlar su mercado interno, con cuya demanda –y la de Europa– se provoca el aumento de los cultivos de la droga. Fue el presidente Richard Nixon, en 1971, que declaró la guerra contra las drogas, la que ha sido la causa de la tragedia que vivimos en Latinoamérica.

Si no fuera tan trágico el asunto, producirían hilaridad las proclamas de los Gobiernos sobre las grandes cantidades de drogas incautadas: claro que han aumentado, porque se ha multiplicado el tráfico; Ecuador ha pasado a ser uno de los principales traficantes en la costa del Pacífico con destino a los Estados Unidos y en la del Atlántico hacia Europa. Se estima en alrededor del diez por ciento, solamente, las capturas de lo que se trafica. Al inicio, el tráfico tenía lugar por el norte de Ecuador, por San Lorenzo, principalmente, pero hoy se realiza por los principales puertos, en gran parte mezclado con las exportaciones de banano.

Este asunto de eliminar la prohibición de la instalación de bases militares extranjeras será tema principalísimo de la campaña electoral, porque enfrenta a los autores de la Constitución de Montecristi con el candidato Noboa, quien propone eliminar la prohibición de bases militares extranjeras.

Si va a haber consulta, plebiscito o lo que se llame, debería consultarse la eliminación del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, que es la piedra de escándalo de todos los días, y en la que se nombran y destituyen a cada rato y en la que ya se forman “mayoría móviles”.

Sabio sería sustituir la Constitución actual por la inmediatamente anterior, la de 1997, en que no había ni este consejo ni la prohibición de bases militares extranjeras. Arreglar todo de una vez, no por partes. (O)