Estadísticas oficiales, artículos de prensa e investigaciones recientes se han referido a la falta de pago de los préstamos y el sobreendeudamiento de los ecuatorianos. Esta situación se refleja en el índice de mora de los créditos en el sistema financiero, el cual creció desde enero del 2023 hasta agosto de 2025 de 4,6 % y 7,3 % para consumo y microcrédito hasta 5,5 % y 9,5 %, respectivamente. Cifras relevantes si se considera que los créditos de consumo y microcrédito representan el 44% y 16 % del total de la cartera del sistema financiero, a agosto del 2025.

La Red Financiera Rural en un documento de enero de 2024 indica que luego de la pandemia (2020) el consumo de las familias financiado con deuda ha sido clave para sostener la economía y no la producción. Asunto que también se produjo en otras economías de la región, pero en Ecuador el deterioro de una parte de la cartera se extendió a pospandemia, debido a que un segmento de la población continúo con “dificultades financieras, a pesar de la aplicación de mecanismos de alivio financiero (incluso durante 2025), como reestructuración y refinanciamiento e incremento de montos y plazos de endeudamiento… Además, los créditos se destinaron a productos de consumo corriente”.

Reducir los niveles de mora y sobreendeudamiento requiere fundamentalmente de información transparente (veraz, clara y oportuna). Es aquí en donde los burós de crédito juegan un papel relevante, procesando información sobre los sujetos de préstamos y volviéndola accesible a los diversos actores del ecosistema financiero para que tomen mejores decisiones, cumpliendo las funciones de un tercero independiente, incluyendo los avances tecnológicos, la ciencia de datos, la inteligencia artificial y la economía del comportamiento.

La última reforma al Código Orgánico Monetario Financiero (retomada por la Asamblea), vigente desde el 14 de octubre de 2025, fortalece al ecosistema financiero, ya que la información crediticia con la que contarán los burós incluye datos del mercado de valores, sector comercial y servicios, pagos de servicios básicos, impuestos, aportes a la seguridad social.

Los puntajes (scores) crediticios de los prestatarios integrarán datos financieros históricos y deudas existentes, modelos de aprendizaje automático incorporando comportamiento de los usuarios financieros, información transaccional, actividad en redes; dando agilidad a procesos de otorgamiento de créditos, el mejor manejo del riesgo de impago y la morosidad; disminuirán la exclusión financiera, haciendo posible acceder y/o usar productos o servicios financieros que satisfagan, de forma adecuada, las necesidades de usuarios y familias, adaptados a sus circunstancias en términos geográficos, culturales, económicos y sociales, a precios justos.

Los nuevos productos de los burós deberán ser apoyados con tecnologías de supervisión y educación financiera, adaptados a los aportes y amenazas de los avances tecnológicos y ciencia de datos, que trabajen de la mano de los actores del ecosistema financiero, generando alertas y autocontroles para evitar el endeudamiento excesivo, mejorando calidad del crédito y su impacto positivo en el crecimiento y el empleo. (O)