Después de un prolongado periodo de incertidumbre, en un Perú polarizado poselecciones, el presidente Pedro Castillo dio el discurso inaugural dejando varios cabos sueltos. Además, aquellos capitales que habían armado maletas para salir del Perú recibieron “la patada del mosquito” y terminaron de irse con las palabras del presidente.
En un análisis de mercados emergentes de JP Morgan tras el discurso del 28 de julio, se menciona que la incertidumbre se mantendrá elevada debido a la confirmación, por ejemplo, del impulso de una Asamblea Constituyente en ese discurso. “Las palabras iniciales de Castillo, como presidente, no lograron mejorar la confianza empresarial y las perspectivas de inversión en el futuro”.
Según el informe, Castillo se limitó en su discurso a los pilares principales de su administración, los cuales estuvieron alineados con lo presentado en sus planes originales, es decir, bastante extremos, pero que fueron perdiendo rigidez antes de la segunda vuelta. Allí, Castillo coqueteaba con la posibilidad de una agenda más moderada, por ejemplo, poniendo en un segundo plano los intentos de reforma que podrían socavar la recuperación económica posterior al COVID-19 al obstaculizar la inversión del sector privado. En términos de economía y finanzas en el discurso inaugural, se percibió un gobierno más intervencionista, un mayor gasto fiscal y un papel más importante del Estado en la economía. JP Morgan cerró su análisis sobre Perú diciendo: “En nuestra opinión, la convocatoria a la Asamblea Constituyente y la falta de aclaraciones sobre los nombres del gabinete dominaron el discurso inaugural y sugieren que prevalecerá una mayor incertidumbre del régimen. Esperamos las confirmaciones del Gabinete, en particular del ministro de Economía, que tendrá la difícil tarea de arrojar luz sobre las reformas anunciadas y evitar que la incertidumbre asociada socave la recuperación económica que se avecina”.
Por otro lado, el anuncio de colocar al congresista Guido Bellido para ocupar el cargo de jefe del gabinete ministerial es un duro golpe para quienes, desde posiciones antifujimoristas y del centro político, le dieron el respaldo a Castillo en la segunda vuelta. Una persona sobre quien pesa una acusación por terrorismo no debe ocupar un cargo que requiere diálogo y capacidad de negociación. Esto en lo práctico-operativo, pero en lo político, manda un mensaje poderoso sobre la intención, estrategia y doctrina de un candidato en su momento enigmático, pero cuyas sospechas como presidente hoy se confirman.
Respecto a la migración de capitales, varios analistas de la región han manifestado la idea de que puedan tener como destino final Ecuador, en forma de inversión, creación de valor y generación de empleo. Ecuador goza de una moneda sólida, condiciones cada vez más favorables para la inversión. En esto se está trabajando porque sin ellas, no importa cuántos Franklins, Jackson o Hamiltons nos miren desde un billete, los capitales no van a aterrizar aquí sin seguridad jurídica e instituciones robustas. En su momento, capitales ecuatorianos emigraron a Perú. Hoy puede ser Ecuador el nuevo hogar de esos capitales que viajan desde la incertidumbre. (O)