Ecuador celebra el 27 de febrero el Día del Civismo, Día del Ejército Ecuatoriano y Día de la Unidad Nacional al conmemorar la Batalla de Tarqui de 1829 entre las tropas gran colombianas y el Ejército peruano. Aunque aún no éramos República, formábamos parte de la Gran Colombia y logramos la victoria táctica sobre la división peruana, algo más tecnificada que la nuestra, obligando al repliegue del resto de sus fuerzas.

La batalla se libró en el Portete de Tarqui, lugar ubicado cerca de Cuenca, Colombia (actual Ecuador). Las tropas peruanas fueron comandadas por José de La Mar y las de la Gran Colombia comandadas por Antonio José de Sucre y Juan José Flores.

El mariscal Antonio José de Sucre, el 27 de febrero logró situarse estratégicamente para esperar la división peruana. Por otro lado, bajo las órdenes de La Mar, la vanguardia peruana formada por la división del general José María Plaza, estaba conformada por 900 infantes que se desplazaban sobre el Portete de Tarqui.

La victoria finalmente fue para la Gran Colombia, a pesar de que sufrieron fuertes pérdidas en su caballería por la carga de la caballería peruana. Sucre y La Mar firmaron un armisticio en Girón, que fue la antesala para la negociación del fin de la hostilidad y la fijación de los límites entre Perú y la Gran Colombia. Sin embargo, el incumplimiento del acuerdo y las ofensas mutuas empujaron a un reinicio de la guerra. Finalmente, esta se evitó por la inestabilidad política en el Perú que condujo a la deposición de La Mar por Agustín Gamarra.

El nuevo presidente peruano negoció la firma del tratado de paz con la Gran Colombia, conocido como tratado de Guayaquil (22 de septiembre de 1829). Al mismo tiempo, se sucedían los eventos que conducirían a la disolución de la Gran Colombia.

El Ecuador vive, al menos por ahora, una unidad que antes estaba reservada para (algunos) partidos de la Tri...

Hoy, 195 años después, nos enfrentamos a un enemigo poderoso y acaudalado. El crimen organizado y el narcotráfico son un problema global cuyos actores clave están fuera del Ecuador, pero al que debemos enfrentarlo dentro porque sus consecuencias nos han arrebatado la paz. Y el Ejército ecuatoriano, una vez más, está cumpliendo su labor a cabalidad.

Lo que parecía imposible se ha logrado en las últimas semanas con éxito. Por su parte, el Gobierno ha conseguido, a través de medidas necesarias, pero impopulares como una subida de impuestos, financiar una guerra dura y aprovechar para tomar correctivos necesarios en las finanzas públicas. El Ecuador vive, al menos por ahora, una unidad que antes estaba reservada para (algunos) partidos de la Tri. Los efectos de esta unidad y de las reformas que esta ha permitido pueden ser positivas en el largo plazo porque si desde adentro ponemos el hombro abrochándonos el cinturón, podríamos conseguir el apoyo internacional que necesitaremos hoy y mañana.

Este 27 de febrero les debemos un importante homenaje al Ejército ecuatoriano. Vivamos el civismo con mayor entusiasmo y recordemos que lo que nos ha llevado a días menos violentos desde aquel catastrófico 9 de enero fue la unidad nacional lograda gracias al liderazgo del Gobierno y al trabajo valiente y efectivo del Ejército del Ecuador. (O)