Las coristas del correísmo Viviana y Mireya, que son diligentes acusadoras en el juicio político al presidente Guillermo Lasso, se han olvidado de la parábola evangélica de la mujer adúltera: “Que solo lance la primera piedra aquel que esté libre de pecado”.

Como los antiguos fariseos, UNES se propone hacerlo pese al karma de tantos escándalos de corrupción que acompañan su memorable historial, que bien podría haber inspirado el cuento de Ali Babá y los cuarenta ladrones.

¿Por qué la Asamblea Nacional decide este martes si enjuicia o no al presidente Guillermo Lasso?

No les sienta el rol de defensores de la honradez pública con un rabo de paja del largo de la gran muralla china, que aún da coletazos con nuevas denuncias de lavado de dinero y coimas de sus operadores en los Estados Unidos.

El caso que sirve de base a la acusación por presunto peculado - el contrato de Flopec con Amazon Tankers- en su amplia discusión ha sido apelado con múltiples etiquetas, ninguna favorable: mamotreto, sainete, farsa, etc. Los calificativos sobran y ninguno hace mérito a la labor de fiscalización y control político que debe cumplir la Asamblea Nacional (AN).

Defensa del presidente Guillermo Lasso advierte de violación constitucional en convocatoria a la Asamblea Nacional para resolver juicio político

Más aún ante la circunstancia insospechada de que la titular de la Comisión de Régimen Económico, que es una de las vehementes fiscales, avaló con su firma un informe que acreditó la conveniencia del ahora cuestionado contrato. Con la grave sospecha de que fue redactado por los propios interesados, por lo cual podría ser encausada penalmente.

(...) todo ha sido un montaje de quienes desean forzar la muerte cruzada y la toma del poder a como dé lugar...

En este sórdido cuadro surge la denuncia por violación contra otro de los promotores del juicio, el asambleísta de Pachakutik Peter Calo, perteneciente a la facción radical del señor Iza, y que está debidamente documentada. Una alarma de lo bajo que ha caído la representación de la AN.

Con estos considerandos, cabe volver al argumento sobre la autoridad moral que debe acreditar o no el pretendido juicio político al presidente Lasso. Y la conclusión se torna obvia: todo ha sido un montaje de quienes desean forzar la muerte cruzada y la toma del poder a como dé lugar, pescando a río revuelto.

Lo grave es que estos actores políticos involucran en su juego a quienes no participan de sus mezquinos intereses, y que finalmente no están de acuerdo con esta manipulación de andar tumbando al presidente o al Gobierno, a cuenta de representar la voluntad popular y de que el proceso cumple con las todas formalidades constitucionales de rigor. Aunque al margen de su aspecto abogadil sigue siendo un golpe de Estado institucional producto de una pugna de poderes con vicios de falsedad e hipocresía.

Lo que la gente quiere en este país –y mal que no lo sepan aquellos que siguen empeñados en el juicio– es poder trabajar en un ambiente de paz y tranquilidad, sin ser molestados con un caso que genera una tensa distracción que no resuelve absolutamente nada. Por el contrario, complica aún más al Ecuador.

El pronóstico es que la oposición no tendrá los votos necesarios para censurar y destituir al presidente Lasso. Quedando a salvo la estabilidad política e institucional, solo cabe apelar a una renovada reflexión sobre el destino nacional sea del bando ganador o perdedor. (O)