Hay voces que no se callan, risas que no se olvidan, abrazos que duran eternamente. Y hay noticias que aunque las esperes punzan, duelen, te dejan helada, te rompen un poco. “Fallece la Dra. María Amparo Pascual López, distinguida científica y precursora de los estudios clínicos en Cuba”. Fue el 25 de julio.

Conocimos a María Amparo hace algunos años, pero desde el principio tuvimos la sensación de haberla conocido siempre. Entró a nuestra familia sin golpear la puerta, no hizo falta, parece que la estábamos esperando, igual que a su hija, nuestra querida Lupe Poussin, mujer de nuestro sobrino Jota, mamá de uno de los tres seres más lindos de la tierra: Maximiliano Izurieta, sí, así con ¡cinco íes!, como exclamara nuestra centenaria madre.

María Amparo Pascual fue esa hermana cubana que cada tanto nos traía su gracia y su café. Esa hermana inteligente, descomplicada, golosa, libre, sin prejuicios.

Compartimos libros, abrazos, risas. Largas charlas en las que juntas componíamos el mundo. Grandes abrazos en los que repartíamos el cariño mutuo. Risas, risotadas, carcajadas que nos hacían “alargar los minuticos”, como ella decía.

En una ocasión compartimos el mar. Su felicidad nos contagió, la risa se apoderó de todos cuando, con el agua fría del Pacífico hasta la cintura, ella dijo: “Chica a estas alturas en Varadero una todavía se ve los pies”.

Ella para nosotros fue ese mar transparente, fue ese sol cubano, ese mojito y ese café que siempre nos supo a amistad, a hermandad.

Investigadora y salubrista, Ampere, como la apodó Paz, fue una notable científica, fundadora del Centro Nacional Coordinador de Ensayos Clínicos y la primera especialista en Bioestadística de Cuba. “Cuando los ensayos clínicos en Cuba parecían una utopía, fue su conocimiento, visión y persistencia lo que la condujo a establecer una institución a la que dedicó más de 30 años de su vida… Al amparo de su dirección y liderazgo se creó la red nacional de ensayos clínicos; se evaluaron y registraron productos líderes… se diseñó e implementó una estrategia de desarrollo académico…”.

Buscó y consiguió el apoyo de países de América y Europa, logró implementar y certificar internacionalmente el sistema de gestión de calidad; estableció y llevó a cabo una serie de proyectos. La BBC la reconoció como una de las científicas más acreditadas y la revista MEDICC Review le hizo una entrevista que tituló “El poder de la persistencia”. Es que María Amparo trabajó en esa Cuba “revolucionaria” y precaria; en esa Cuba que cambió de sueños y a muchos nos robó los nuestros; en esa que perdió la brújula y fue a la deriva, ella no dejó de trabajar, de creer, de crear, de hacer su propia revolución.

Necesitaría 5 páginas para contar su aporte a la ciencia, su gracia y sencillez. Necesitaremos un tiempo largo para vivir este duelo, para acostumbrarnos a esa ausencia enorme, a esa voz callada, a esa hermana que fue.

No sé por qué digo fue, si todos sabemos que hay voces que no se callan, risas que no se olvidan, abrazos que duran eternamente, y María Amparo Pascual estará siempre en nuestra memoria. (O)