La marca registrada de la Universidad de Harvard debe tener un valor incalculable. Además de estar siempre entre las cinco mejores del mundo en los principales rankings, el nombre es también reconocido fuera de la esfera académica y hasta forma parte del vocabulario popular. En nuestras ciudades no es raro encontrar academias preuniversitarias que utilizan el nombre sin ningún recato: “Academia Pre Universitaria Harvard”, o en otros negocios tales como “Clínica Radiológica Harvard”. Se supone que añadir el nombre a los anuncios les permite asociarse a una marca de calidad.

Lo mismo ocurre con las universidades que buscan establecer programas que les permitan relacionarse con Harvard. Los esfuerzos no siempre triunfan, pues los estándares son altos y el mal uso del nombre está vigilado por el departamento de “Marcas Registradas” (Trademark Office), que monitorea la marca de la universidad en todo el mundo. Sin embargo, no siempre pueden estar en todas partes y en todo momento.

En la campaña electoral reciente varios candidatos introdujeron el nombre de Harvard como muestra de su buena formación académica. De todos ellos, según los registros de la universidad, solo tres cuentan con títulos oficiales: Daniel Noboa (2020), Otto Sonnenholzner (2023) y Érika Paredes (2023). Los tres tienen recientes Maestrías en Administración Pública (MPA, por sus siglas en inglés) de la escuela de gobierno.

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El MPA es un programa que dura uno o dos años y que está dirigido a profesionales con experiencia en el sector público y que aspiran, en el caso de estudiantes extranjeros, a ejercer posiciones de mando en los gobiernos de sus respectivos países. La flexibilidad del programa radica en que el estudiante puede llevar cursos en muchas disciplinas de acuerdo a sus horizontes profesionales, con un mínimo requerido de materias en economía aplicada y ciencias políticas. Las posibilidades de construir relaciones profesionales en todo el mundo son enormes.

María Cristina Bayas, presidenta del Harvard Club of Ecuador, que congrega a setenta exalumnos vinculados al Ecuador, reporta que casi la mitad de sus miembros cuenta con un MPA. El segundo grupo más numeroso es el de los que tienen un Legum Magister (LL.M.), que equivale a una maestría en derecho. En tercer lugar están los que tienen una Maestría en Administración de Negocios (MBA).

Los exalumnos ecuatorianos que ostentan doctorados de Harvard se cuentan con los dedos de la mano. Uno de los más destacados es Hernán Pérez Loose, quien tiene el título Scientiae Juridicae Doctor (1989), que equivale a un Ph. D. en leyes. En noviembre del 2022 fue nombrado por el presidente Guillermo Lasso como embajador de Ecuador ante las Naciones Unidas, en el momento crucial en el que nuestro país forma parte del Consejo de Seguridad. Inexplicablemente fue relevado de su cargo por la administración de Daniel Noboa en noviembre de este año. Lo reemplaza José De la Gasca, de 42 años, que tiene una maestría en Criminalística de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo de Guayaquil. Según notas periodísticas, también tiene dominio del inglés. (O)