En la película Ex Machina (2014), Ava, un robot humanoide, muestra que es capaz de tener pensamientos propios y conciencia al ser capaz de enamorar a Caleb, un experto computacional. Ava ya había pasado el test Turing, el cual evalúa si una computadora aparenta pensar como un humano por lo menos durante cinco minutos; sin embargo, la capacidad de pensar y tener conciencia siempre ha sido un objetivo difícil de alcanzar por los investigadores de inteligencia artificial (IA). En noviembre del 2022, la compañía OpenAI lanzó un nuevo modelo de generación de lenguaje llamado ChatGPT, que es capaz de generar de una manera muy rápida y eficiente párrafos nuevos similares a como un ser humano los escribiría. OpenAI también desarrolló Dall-E, el cual es un sistema que genera imágenes y arte basados en descripciones escritas. Estos desarrollos son parte de la nueva tendencia llamada IA generativa.

Estas tecnologías se basan en las respuestas de algoritmos avanzados como es el Aprendizaje Profundo combinado con el feedback de seres humanos que permite evaluar sus respuestas. Esta integración de computadoras y humanos se encuentra en el centro de los nuevos desarrollos de IA dado que combina la capacidad de una computadora de procesar gran cantidad de información y calibrar los problemas para objetivos específicos con la flexibilidad de la mente humana de generar nuevas respuestas, basadas en razonamiento e intuición.

Al momento existen más de 160 start-ups que exploran aplicaciones de esta nueva tecnología. La inversión del capital de riesgo en esta área en el 2022 llegó a $ 2.100 millones y se espera que siga aumentando en los siguientes años. En esta línea se encuentran compañías de publicidad que pueden generar nuevos textos e imágenes para sus campañas publicitarias, artistas que crean obras de arte digitales o escritores que generan nuevos libros o artículos.

... esta tecnología puede ayudar a gobernantes a explorar nuevas opciones para una sociedad crecientemente compleja.

Esta tecnología también crea serios problemas como representa el gasto significativo de almacenar y procesar una gran cantidad de información, aunque esto es manejado por la compañía generadora de la tecnología como OpenAI. Los problemas éticos pueden ser más importantes como es la generación de un contenido falso que pareciese ser apoyado por diversas fuentes de información.

Desde un punto de vista político, esta tecnología puede ayudar a gobernantes a explorar nuevas opciones para una sociedad crecientemente compleja. Sin embargo, también puede ser usada por gobernantes autocráticos como fue el caso de Trump al tratar de justificar su pérdida en las últimas elecciones presidenciales o crear una nueva teoría de conspiración alrededor de la emergencia del COVID.

Como se plantea en La República de Platón, los gobiernos evolucionan de una oligarquía poderosa que busca solo su propio beneficio a la democracia que representa el poder de la mayoría con el riesgo de que esta elija a un líder populista que lleve a la tiranía. El desafío político de la IA generativa es que en lugar de ser usada para un mayor control de la sociedad por parte de un autócrata o de una oligarquía, sirva para promover el bienestar social y el desarrollo sostenible. (O)