Gran conmoción ha causado una filtración sin precedentes que se dio de un borrador de un fallo en el que se anularía la famosa sentencia del caso Roe vs. Wade, uno de los precedentes judiciales más discutidos en la historia moderna de EE. UU.; su anulación cambiaría el reconocimiento de un derecho para millones de mujeres. La autenticidad de la filtración ha sido confirmada por la propia Corte Suprema.

El caso fue presentado en 1971 por Norma McCorvey (conocida en el caso como Jane Roe) en contra de Henry Wade (fiscal de distrito del condado de Dallas), quien hizo efectiva una ley de Texas que prohibía el aborto, excepto para salvar la vida de una mujer. En 1973, la Corte Suprema de Estados Unidos, en una decisión 7-2, consagró la legalidad del derecho absoluto de una mujer a un aborto en los primeros tres meses del embarazo bajo el amparo de la Constitución; en el año 2004 se intentó anular esta sentencia, lo cual fue desestimado por una corte de apelaciones en Nueva Orleans.

La cola que tendría esa anulación es que bajo ese mismo criterio podrían anularse otros derechos civiles...

En la filtración, que se da dentro del análisis de una ley del estado de Misisipi, se extrae que el fundamento de la Corte para la anulación es que la decisión de Roe vs. Wade se expidió de forma errónea porque la Constitución de EE. UU. no menciona específicamente el derecho al aborto. Por ende, según el borrador filtrado, correspondería a cada estado regular ese derecho, devolviendo esa autoridad al pueblo y a sus representantes electos.

Si la Corte falla a favor de Misisipi, terminará con el derecho constitucional al aborto a nivel nacional y se estima que alrededor de la mitad de los 50 estados de EE. UU. se moverán para prohibir los abortos de inmediato; otros estados continuarían brindando acceso al aborto, pero ahora también para las mujeres que vivan en estados donde estará prohibido.

La cola que tendría esa anulación es que bajo ese mismo criterio podrían anularse otros derechos civiles, tal como el matrimonio igualitario, por lo que crearía una vía oscura en la que los ciudadanos tendrían que moverse de estado a estado para alcanzar los derechos que ya tenían a nivel nacional.

El reconocido constitucionalista de la Universidad de Austin Richard Albert sostiene que la Corte Suprema no tiene la última palabra sobre la Constitución, ya que ese poder lo tiene la gente y lo ha demostrado con las enmiendas 14, 16, 19 y 26 a la Constitución americana, considerando muy peligroso que sean los estados los que bajo su propia racionalidad limiten o nieguen derechos.

Pero la cola de esta anulación también sería política: a seis de los nueve jueces se los vincula con el Partido Republicano y este puede ser un tema trascendental en las próximas cercanas elecciones, ya que en la encuesta realizada por ABC News y The Washington Post, solo el 28 % está a favor de la anulación. El fondo de este caso tiene también relevancia internacional, ya que se está discutiendo la legitimidad de que un derecho que no consta en el texto constitucional sea reconocido como constitucional vía jurisprudencia, estrategia que se ha seguido en muchos países por los grupos que promueven ciertos derechos. (O)